El
Puerto de Sevilla también se apunta a la
economía circular y busca
fórmulas nuevas con las que dar una
segunda vida a los sedimentos que se retiran en las
campañas de mantenimiento en la canal del río Guadalquivir. En las dos últimas campañas (2019 y 2020) han sido
815.000 metros cúbicos.
En primer lugar,
más de 100.000 metros cúbicos de estos sedimentos han sido utilizados para la
regeneración de las playas de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Los sedimentos que llegan hasta la costa sanluqueña, concretamente a Bajo de Guía y La Calzada-Piletas, proceden de los tramos más próximos a la desembocadura. No se usan todos los sedimentos retirados. El material que extrae la draga es sometido a un análisis granulométrico para determinar si tiene la calidad y las condiciones adecuadas para las playas en las que se tiene previsto usarlo.
El resto de los sedimentos tienen distintos usos. Uno de sus destinos son los vaciaderos de los que dispone el Puerto, entre ellos, el conocido como vaciadero de Butano donde la Autoridad Portuaria trabaja con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para crear
humedales para las aves del estuario. Gracias a esta colaboración mutua, el Puerto y el CSIC han censado
más de medio centenar de especies.
De este número,
cuatro especies están
catalogadas como en peligro de extinción: el porrón pardo, la cerceta pardilla, la garcilla cangrejera y la focha moruna. El águila pescadora, de la que también hay ejemplares, está considerada como una especie vulnerable.
Los sedimentos no se dejan en los
vaciaderos de cualquier forma. Se sigue todo un protocolo con el que conseguir esa mejora de la
biodiversidad: se crean diques interiores e islotes para proporcionar una “mayor protección” a las aves frente a los predadores.
Por último, el Puerto de Sevilla ha abierto una línea de trabajo con la
Fundación Innovarcilla, centro tecnológico de la cerámica, con la que ha realizado una
primera fase de un estudio encaminado a que los sedimentos del dragado puedan ser
utilizados como materia prima en la industria cerámica. Esta investigación ha ido encaminada a determinar la proporción de arcillas, limos y arenas presentes en los vaciaderos, la composición química y qué material cerámico se puede fabricar, así como la proporción y tipo de minerales arcillosos y su comportamiento durante el proceso productivo.
En la primera fase del estudio se han tomado ocho muestras de los tres vaciaderos de Butano. Del material analizado, las margosas arcillosas limosas
pueden ser “viables” como base para la fabricación de materiales cerámicos (ladrillo y alfarería) mientras que las margas arenosas “no son reutilizables por presentar una granulometría gruesa y escasa proporción de minerales arcillosos”, explican fuentes del Puerto.
Usos en investigación
Pero no está descartado que estos últimos materiales tengan una segunda vida. De hecho, “son válidos para otros usos, como para la obra civil o para mejorar los suelos agrícolas”. La Autoridad Portuaria ya planifica una segunda fase de esta investigación con la que poder “valorar la viabilidad económica y tecnológica para incorporar los sedimentos aptos al proceso productivo industrial”.
El Puerto licitó en 2019 el
dragado del mantenimiento de la canal (90 kilómetros en los que los
trabajos se concentran en 14 tramos) para ese año y para 2020, que se adjudicó la empresa Dravo S.A. por 3,3 millones y con la posibilidad de prórroga para 2021 y 2022. Así se ha hecho: se ha prorrogado en 2021 por 1,6 millones.
También se ha adjudicado a Topcad Ingeniería por 161.870 euros los sondeos necesarios para fijar los puntos en los que se acumula un mayor volumen de sedimentos y que servirá de base para el trabajo del dragado de mantenimiento.