El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Delegación de Participación Ciudadana, Igualdad, Educación y Coordinación de Distritos, ha dado un nuevo paso dentro del proceso de exhumación de la fosa común de Pico Reja del cementerio, la intervención de mayor envergadura de este tipo que se está afrontando en todo el país. Concretamente, se han enviado al laboratorio de la Universidad de Granada otras 202 muestras óseas extraídas de restos humanos localizados para se realicen los trabajos de identificación genética a través del cruce del ADN extraído del hueso con las muestras biológicas que fueron tomadas en su día a los familiares por los profesionales del Laboratorio Municipal de Sevilla.
Se trata así del segundo gran envío de muestras de ADN desde que en enero de 2020 se iniciaron los trabajos de exhumación en la fosa de Pico Reja. El primer envío se produjo a finales del pasado año con un total de 160 muestras, a las que ahora hay que añadir por tanto otras 202. El objetivo es que realice un nuevo envío a finales de este año y mantener una periodicidad semestral. Los trabajos previos coordinados por el Ayuntamiento han permitido previamente que se cuente con en torno a 400 muestras de ADN de familiares para realizar la identificación genética.
Los técnicos de Aranzadi, la empresa adjudicataria de los trabajos coordinados desde el Ayuntamiento, seleccionan muestras de unos diez centímetros de los huesos mayores del esqueleto apendicular en mejor estado y los introducen en sobres de papel sellados, lacrados e identificados con una serie de números y letras que se corresponden con los datos de exhumación del cuerpo. Conforme vayan surgiendo correspondencias efectivas (o positivas) entre el ADN de los restos óseos del represaliado y la muestra biológica tomada al familiar, la administración competente trasladará el resultado de forma totalmente privada a la familia, abriéndose entonces otro procedimiento para la entrega del cuerpo en caso de identificación. Esos trabajos aún están en marcha y por tanto no se ha contactado aún con ningún familiar. Los resultados no deben ser tomados aún como definitivos en caso de no darse coincidencias, puesto que este proceso de exhumación se prolongará durante cuatro años, los análisis llevan un periodo de tiempo y aún se deben seguir realizando envíos de muestras al laboratorio de la Universidad de Granada.
“Seguimos avanzando en este gran proyecto que afronta una deuda histórica de la ciudad de Sevilla con las familias de personas que sufrieron la represión y que requieren de un compromiso de todos por la verdad, la justicia y la reparación. Este el proyecto de cumplimiento de la memoria histórica más ambicioso que se ha afrontado en la ciudad y uno de los de mayor envergadura de todo el país”, explica la delegada de Participación Ciudadana, Igualdad, Educación y coordinación de distritos, Adela Castaño.
Con 671,34 metros de longitud (66 más que la dimensión inicialmente barajada por los historiadores) y una profundidad aproximada de cuatro metros, la fosa de Pico Reja alcanza los 2.685 metros cúbicos y ella se encontrarían los restos de hasta 1.103 personas, según los historiadores, aunque los trabajos actuales de exhumación, iniciados en enero de 2020 por parte de la empresa especializada Aranzadi –la adjudicataria del contrato municipal–, elevan con creces esta cifra. Hasta el momento se han localizado los restos de 520 personas con indicios claros de violencia como roturas perimortem, ataduras en las muñecas y orificios de proyectiles. De acuerdo con los hallazgos durante las investigaciones, los enterramientos sin control con cuerpos arrojados sin ningún tipo de respeto y en unas posiciones inverosímiles en esta fosa continuaron después del año 1936, situación que no estaba contemplada en los estudios y trabajos previos. Concretamente, se siguieron produciendo en los años 40 del pasado siglo usando esta misma fosa común y el mismo espacio.