En un mundo donde cada día se hacen más visibles los gilipollas. En un mundo repleto de profetas con aliento a mofetas. En un mundo en el que piaras de cerdos retozan en su propia ignorancia. En un mundo de imbéciles que rezuman odio. En un mundo de cobardes repletos. En un mundo en el que las religiones captan a los más capullos. En un mundo de capullos que convierten sus miedos en ira. En un mundo de putos bastardos que retroalimentan sus mierdas a base de bocadillos de mentira. En un mundo como el de hoy, en el que se ha perdido la vergüenza de identificarse con el racismo, el machismo y el clasismo. En un mundo en el que el tonto agita banderas como si éstas fueran algo más que un trozo de tela. En un mundo de patriotas de mercadillo. En un mundo de idiotas que hablan de muros, alambradas, extradiciones, obviando que serán ellos quienes morirán en sus propias fronteras, que serán ellos carne de patera. En un mundo de prófugos de la lógica y la razón. En un mundo de racistas en nombre de un dios. En un mundo de jaurías de corderitos con baja autoestima que juegan a ser lobos de pacotilla. En este mundo donde hay un descerebrado por esquina.. En este mundo alérgico a la ciencia y al progreso. En este mundo de víctimas potenciales que votan por sus verdugos. En este mundo en el que aquellos que tiene las neuronas suficiente para no cagarse por las calles se envalentonan a través de las ‘heces’ sociales. En este mi mundo hoy, solo me fijo en ellos por divertimento. En este mi mundo hoy, ya soy capaz de separar la caca de la magia. Y la magia está en un horizonte color madera, en la húmeda y translúcida brisa previa a la tormenta, en esa repentina caricia sin pretensiones que me regala mi niño antes de cerrar sus ojos casi eternos. Y la magia está, ya lo he comentado en alguna ocasión, en tener unos amigos, pocos, poquitos, mejores que un servidor. Y hoy le toca al Bola.
Se nos casa. Es, si no me falla la memoria, el mucho mejor amigo más antiguo que tengo. Tuve amigos en la infancia pero que hoy no son más que recuerdos porque, simplemente, nunca fuimos amigos verdaderos. Benadalid en tiempos de Naranjito. Veranos y más veranos. El caballero negro. De la mano pasamos de esa infancia imberbe de cortar la cola a las lagartijas, a compartir Penthouse para desahogarnos en aquella adolescencia que tanto picor provocaba en nuestros, casi nuevos, penes. Sin olvidarnos del Tiro Pichón, del licor 43 con piña, de los primeros amores marianistas, enmanistas y silvianistas, ni de cuando nos echaban de misa por reírnos de una viejita que se sacaba un moco con menos disimulo con el que los perros se olisquean el culo. Ni me olvido de esas cartas adornadas, que me llegaban a Tánger, con tu por entonces nueva personalidad rebelde, inconformista, de izquierda total, con la Polla Record como banda sonora y el Frente Boquerón como emblema del que yo no tenía ni puta idea. Símbolo anarquista junto al matasello. Dejaste a un lado la religión, lo cual agradecí un montón jajjajajajaja. ¡Estuve en tu confirmación! ¿O lo soñé?
Se nos casa ahora en febrero. Se me adelanta, el muy cabrón. Casi a la par tuvimos en primer hijo. Voy por dos. Ánimo campeón, si el Edu y el Rafa y el Tifus y el José lo han hecho, no nos falle aunque sé que dirás que al que hay que meter bulla es al Óscar, pero fíjate en su cara y su alma destrozada por hediondas pesadillas de Milán y riadas en Coín. La ‘cacafonía’ de una tormenta a la boloñesa, que diría yo. En fin sigo. Queridísimo Bola, que me acogió cuando la vida nos volvió a juntar ya en Málaga. Yo en la calle y tú renunciando a varios inmuebles (el Edu buscando el amor), ambos por discrepancias familiares jajajajajajajajaja . Me dejaste dormir en un cuartito en la calle San Francisco, me abriste tu mundo, tan distinto al arriba descrito, tan parecido al que soñaba, la acampada del 0,7 por ciento, y un servidor ofreciendo lo poco que tenía: Todo un Pryca entero. Capuchinos y Fuente Olletas, casas okupas, porros, muchos porros, días ‘T’, conciertos, música, el tifus potando, yo potando, tú potando, todos potando, litros y litros de cerveza, amores sin casi ningún desamor (el Edu buscando el amor), y risas y risas y más risas, y más cerveza y líate otro aunque nos duela la cabeza.
Me pegué a ti y me salió la jugada perfecta. Inteligente y con ese tipo de corazón tan enorme que incluso parece en extinción. Sabía que a tu alrededor solo podía encontrar peña de gran calidad, je je je. No me equivoqué. Y luego más Málaga, y más Benadalid, añadiendo a la ecuación la maravilla de Barbate. Triángulo feliz, sin duda el nuestro, sobre todo porque no tiene aún final este nuestro cuento… e incluso el Edu encontró el amor (jajajajajajajaja).
Y luego fuimos sentando la cabeza, jajajajajaja, es broma, pasados los cuarenta aún somos incapaces de mantenernos serios si vemos a una vieja rebuscar en sus fosas nasales mocos que no dataría ni el carbono 14. Mira que somos infantiles, el caca, culo, pis, grabado a fuego en el ojete de nuestra existencia. En fin, que se casa uno de mis mucho mejor amigo (si no me equivoco, la última boda común fue la del uruguayo) y como ando corto de fondos por reformas permanentes de mi paupérrima disidencia, pues qué mejor regalo que éste. Un artículo, ridículo, en prosa casi en verso, para agradecerte el tiempo compartido en este nuestro universo. ¡La dona de metadona! Así que, como soy poeta, aquí está vuestro regalo en rima… ole con ole ¡Te quiero Bola! ¡Te quiero Sole!