Con caras tristes y cansados, muy cansados. Así llegan diariamente cientos de refugiados ucranianos a la estación polaca de Pzremysl, donde se ha improvisado el centro de recepción de las personas que huyen de la cercana guerra causada por la invasión rusa del país. Son madres y niños que salen de lo que hasta ahora era su hogar, un lugar que creían seguro y que, la entrada de las tropas rusas ha convertido en un infierno. Sus maridos e hijos mayores de edad permanecen en sus ciudades, tienen prohibida la salida. Lo primero, una comida caliente. El frío en el exterior es intenso y hay que recuperar fuerzas. En el lugar, además ciudadanos y organizaciones han llevado ropa y enseres para cubrir, en la medida de sus posibilidades, las necesidades de los recién llegados.
Allí se encuentran los voluntarios de la Fundación Juntos por la vida a la espera de las familias ucranianas que serán acogidas en Valencia por mediación de la asociación.
De momento no se sabe cuándo llegará el autobús a la frontera ya que las colas y el tráfico son interminables, pero se espera que sea a lo largo de la madrugada. Luego continuarán viaje hasta valencia.
Los voluntarios de juntos por la vida han observado también que el flujo de viajeros se realiza también en sentido contrario.
La asociación espera que, en los próximos días puedan ir saliendo más vehículos hacia la Comunidad cargados de ciudadanos ucranianos en busca de un lugar seguro, lejos del conflicto.
Foto: Benito Pajares. Voluntario Fundación 'Juntos por la vida'.