La Fiscalía Provincial de Valencia solicita un año y dos meses de cárcel para un hombre por insultos racistas al dueño de un bar de València tras perder un euro en una máquina expendedora de tabaco: 'Negro de mierda. Iros a la selva'.
Así se desprende de la calificación fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que el ministerio público atribuye al acusado, para quien solicita la apertura de juicio oral, los delitos de desobediencia y/o resistencia a agentes de la autoridad; delito leve de amenaza; y delito de odio.
En total, la fiscal reclama para el hombre, condenado por sentencia firma en el año 2007 por delito de atentado, un año y dos meses de prisión y el pago de una multa de 6.600 euros.
Los hechos se remontan al 16 de enero de 2022, cuando el hombre se encontraba esa tarde, sobre las 17.30 horas, en un bar de la calle José Soto Micó de València.
El acusado compró una cajetilla de tabaco en la máquina expendedora del local y, al devolverle el cambio, pensó que le faltaba una moneda de euro, con lo que se la reclamó al propietario del bar.
El dueño le manifestó entonces que debía pedir el euro a la empresa propietaria de la máquina expendedora, lo que dio lugar a una discusión. El acusado comenzó a decirle expresiones como 'Negro de mierda, te voy a matar'; 'Negros de mierda, darme el euro'; 'Iros a la selva'.
El propietario del local llamó a la Policía y hasta la zona se desplazaron dos agentes, delante de los cuales el acusado siguió con expresiones como 'Estos negros no me roban, no saben estos negros que yo sí soy español'.
Así, los agentes le sacaron del establecimiento, a lo que el acusado se oponía tenazmente. Una vez fuera, los policías se percataron de que el euro reclamado estaba en el suelo, frente a la máquina expendedora, con lo que lo recogieron y se lo dieron al hombre.
Pese a ello, el acusado intentó acceder de nuevo al bar y gritó a los agentes 'maricones, si no os quitáis os reviento' y posteriormente les lanzo la moneda.
Los agentes permanecieron en el lugar impidiendo la entrada al acusado hasta en tres ocasiones, hasta que éste abandonó la zona. Los policías se marcharon y entonces volvió el hombre, quien desde el exterior del bar le hacía gestos de cortarle el cuello al dueño.
Éste llamó de nuevo a la policía, que regresó al local y observó al acusado un palo de apariencia metálica. En un momento de descuido, los agentes se abalanzaron contra él y lo redujeron. Una vez detenido se percataron de que el palo no era metálico, sino de gomaespuma. El dueño denunció los hechos.