Con una historia milenaria que ha dejado huella en sus murallas, callejuelas y plazas, Vejer de la Frontera, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, se prepara para ser uno de los escenarios desde los que hoy se retransmitirán las campanadas que despedirán el 2021, un evento que sus casi 8.000 vecinos viven "como un regalo".
Los vecinos de este pueblo, una "perla" del turismo de la provincia de Cádiz, viven "con mucha ilusión y mucha expectación" que el reloj de su Ayuntamiento haya sido elegido para las campanadas que retransmitirá mañana Mediaset, según explica a EFE el alcalde, Manuel Flor.
Acostumbrados a recibir a miles de visitantes, los vecinos siguen los preparativos que se llevan a cabo en la plaza de España "orgullosos y halagados", y también expectantes, muchos de ellos con la duda de si podrán disfrutar en vivo del evento o tendrán que hacerlo desde las televisiones de sus casas, como si no lo tuvieran al lado.
Dada la situación sanitaria, sólo podrán acceder a la plaza 1.800 personas, un 60 por ciento de su aforo.
Además de pasar por un control de seguridad con escáner para impedir que se introduzcan en la zona alcohol o algún objeto peligroso, los agentes controlarán que todas las personas que entren tengan el "pasaporte covid" y llevan mascarilla, que sólo podrán quitarse en el momento de comer las uvas.
Así que muchos de los cerca de 8.000 vecinos del núcleo urbano del pueblo -cuya población, con sus diseminados, asciende a casi 13.000 personas- y de los turistas de otras provincias andaluzas y españolas que han acudido a la localidad no podrán acceder a la plaza.
Desde que el pasado 12 de noviembre se anunció que Vejer acogería estas campanadas "en veinte minutos" los teléfonos de reserva de las entre 700 y 800 plazas de alojamiento con que cuenta la localidad se inundaron de llamadas.
"La ocupación hotelera es del cien por cien", asegura el alcalde. Vejer consigue así un completo en la única época del año que no lo tenía, y lo hace en un año en el que casi ha duplicado el número de visitantes con respecto al año pasado, según destaca a EFE María Jesús Herencia, delegada en Cádiz de la Consejería de Turismo.
"Vejer tiene vida los 365 días del año", explica María Jesús Herencia, que destaca el privilegiado emplazamiento natural en el que se ubica esta pequeña localidad, sobre una colina a unos 200 metros sobre el nivel del mar, a ocho kilómetros de su costa, la playa de El Palmar, un paraíso para practicar el surf, y rodeado del campo de la comarca de la Janda, que ofrece hasta ocho rutas para practicar senderismo, así como otros deportes como el golf o la hípica, en espacios como la Dehesa de Monteenmedio.
Estos recursos apuntalan los atractivos turísticos de un pueblo que fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1976, galardonado en 1978 con el Premio Nacional de embellecimiento de pueblos y que desde el 2014 pertenece a la red de Pueblos más bonitos de España.
Sus empinadas y blancas casas son testigo de una historia milenaria, por la que han pasado civilizaciones como la fenicia, la cartaginense y la romana y, durante cinco siglos, la musulmana.
La reconquista de Vejer se produjo en dos fases y se consolidó en 1285, cuando añadió a su nombre el apéndice «de la Frontera», por estar en el límite de la España ocupada por los árabes y los cristianos.
Su belleza y su pasado musulmán ha dado origen a leyendas como la del emir marroquí Sidi Ali Ben Rachid, que se enamoró y casó con una joven vejeriega.
Cuando los musulmanes fueron expulsados, la pareja cruzó el Estrecho para asentarse en una pequeña población bereber.
La nostalgia de la vejeriega de su pueblo natal era tal, cuenta la leyenda, que el emir mandó construir una ciudad similar, que fue bautizada como Xauen o Chaouen, una localidad que acogió a exilidados de Al-Ándalus y que está hermanada con Vejer desde el año 2000.
Las hazas de la suerte, un sistema de explotación de tierras comunales que perdura desde el siglo XIII y aspira a ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es otra de las peculiaridades de esta localidad que, en la treintena de restaurantes desplegados en sus calles, ha sabido también convertirse en un atractivo del turismo gastronómico, al olor de sus más típicos productos, como la ternera de la raza local retinta o el lomo en manteca.
A esta larga historia, Vejer añadirá que fue el escenario en el que su reloj municipal sirvió para que muchos españoles tomarán las doce uvas con las que despedirán el 2021 y recibirán el 2022.
"Me da la sensación de que va a ser el pistoletazo de salida de una nueva tradición en el pueblo", comenta a EFE Isabel, en la Oficina de Turismo de esta pequeña localidad gaditana.