La petición del senador Carles Mulet para que la actriz Bárbara Rey comparezca en el Senado sobre los fondos reservados que habría recibido para no hablar de su supuesta relación con el rey Juan Carlos no tiene ninguna posibilidad de prosperar, y se rechazará pese a la enorme expectación generada.
Así lo aseguran a EFE varias fuentes de la Cámara Alta, al día siguiente de que un comunicado equívoco del senador de Compromís diera pie, para estupefacción de los miembros de la Mesa y también de sus portavoces, a una catarata de informaciones que aseguraban que la vedete iba a ser convocada por el Senado.
Mulet dio por hecho que su requerimiento había superado el filtro de la Mesa y anunció que este órgano, al que corresponde tramitar todas las solicitudes de comparecencias, había aceptado su solicitud, de modo que solo faltaba un último paso para que la Comisión de Interior fijara fecha y la "invitara".
Sin embargo, la verdad es que ni la Mesa lo había tratado ni la comparecencia estaba aceptada; simplemente, siguiendo un procedimiento habitual, el presidente del Senado, Ander Gil, trasladó el asunto, por delegación, a la Mesa de la Comisión de Interior, a la cual corresponderá decidir en última instancia.
Pero la interpretación extrema del comunicado del senador valenciano -con un largo historial de iniciativas polémicas a sus espaldas- hizo crecer una bola que llevó hasta las portadas de la mayoría de los medios digitales, así como de las televisiones, el bulo de que Bárbara Rey iba a comparecer en el Senado.
Ni siquiera una "matización" que el propio Mulet difundió cuatro horas más tarde para explicar que por una "confusión" había aventurado que la Mesa aceptaba a comparecencia logró parar el convencimiento público de que Bárbara Rey sería convocada.
Eso sí, Mulet insistía en que "la situación no cambia para nada" porque según él solo falta "que los grupos decidan cuándo se producirá su tramitación".
Entre tanto, todo este episodio provocaba un aluvión de llamadas de la prensa de actualidad y del corazón a los portavoces oficiales del Senado y de los grupos, acogidas con estupefacción e incluso escándalo, han comentado a Efe algunos de sus destinatarios.
Porque pese a advertir de que no era cierto lo publicado, el infundio seguía circulando.
Quienes trataban sin éxito de desmentir la patraña coincidían en resaltar que Mulet es un senador muy conocido en la Cámara Alta por sus excentricidades y polémicas.
Pero también por su ingente actividad, con campañas masivas para denunciar el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en ayuntamientos de toda España y con una acumulación de iniciativas que le sitúan como el senador más trabajador.
En dos años ha registrado casi 13.000 preguntas escritas y ha solicitado más de 3.700 informes.
Es el senador que hace años preguntó al Gobierno de Rajoy qué haría ante un "apocalipsis zombi" y tiene un amplio catálogo de provocativas intervenciones, reprobadas especialmente por el PP, que llegó a llamarle "payaso", sin que él se ofendiera por tratarse, explicó, de una profesión "muy digna" y mejor que la de "ladrón".
La bola de nieve digital y mediática a cuenta de su nota creció tanto que incluso a última hora de la jornada un periódico digital afirmó que Bárbara Rey respondía con un rotundo "Voy a ir" a la invitación del Senado. Una invitación que ni existe ni seguramente vaya a suceder.
Tan claro lo tienen el PSOE y PP, que controlan la Mesa de la comisión de Interior, que su decisión, aseguran fuentes de ambos grupos, será unánime para oponerse a la solicitud.
Y ello porque el requerimiento, sin ahondar siquiera en sus propósitos políticos, no puede ser aceptado porque se refiere al uso de fondos reservados, materia, advierten, que solo se puede tratar parlamentariamente en la comisión que al respecto existe en el Congreso, y a puerta cerrada.
Solo por este motivo, adelantan, la petición será rechazada por la Mesa de la comisión, compuesta por tres senadores del PSOE y dos del PP.
La comisión tiene acumuladas nada menos que 64 peticiones de comparecencias. De ellas, 40 se refieren a miembros del Gobierno y 20 a autoridades y funcionarios. Entre las cuatro restantes, junto al director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, figura en último puesto María García García, verdadero nombre de Bárbara Rey.
En todo caso, la figura de la comparecencia parlamentaria de particulares se suele vincular al trabajo de ponencias de estudio de las comisiones, que también ejercen función de control, pero circunscrita a cargos públicos, y ese no es el caso de la actriz cuya presencia reclama Carles Mulet.
La comisión de Interior no es una comisión de investigación, ante la que sí podría ser convocada, y además con obligación de comparecer.
Porque en las demás comisiones solo puede ser invitada, como ya sugería el senador Mulet, y sin cobrar por ello, ya que el plató de la Cámara Alta es, hasta ahora, gratuito.
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El Senado seguirá cerrado para Bárbara Rey
Se rechazará pese a la enorme expectación generada
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