Ademur Jaén (Asociación de Mujeres Rurales de Jaén), y Fademur (Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales) han emitido este lunes un comunicado en el que se muestran “perplejas ante la elección, por parte del Ayuntamiento de Alcalá la Real, de un refrán que desprestigia e infravalora a las mujeres como el segundo mejor de un concurso organizado por la Concejalía de Aldeas”. "Queremos expresar nuestra más enérgica repulsa al hecho de que el Ayuntamiento haya seleccionado, entre los mejores, un refrán que atenta contra la dignidad de la mujer con una actitud denigrante, machista, cruel e impropia de una sociedad civilizada que respeta los derechos humanos. Exigimos la retirada inmediata de ese refrán de entre los seleccionados y que no se contribuya a la difusión, ni se difunda, ningún tipo de elemento cultural que fomente la violencia de género desde las instituciones que pagamos todas y todos", exponen las dos asociaciones.
Ademur Jaén y Fademur ven con "asombro e indignación cómo un concurso de refranes organizado por el Ayuntamiento de Alcalá la Real, en concreto por la Concejalía de Aldeas, elige como el segundo mejor, de entre más de 500 presentados, según palabras de la propia Administración, un refrán cargado de violencia hacia la mujer, a la que asemeja a un borrico cuya funcionalidad es cargar leña y a quien relega al ámbito doméstico para servir al hombre". El refrán en cuestión dice lo siguiente: "Quien se casa con mujer mureña tiene mujer pa la casa y borrico pa la leña".
Las dos asociaciones recuerdan que “uno de sus objetivos fundamentales es la erradicación de cualquier forma de discriminación hacia la mujer en el entorno rural”. Para ello, hacen hincapié en que "es indispensable fomentar la educación en valores de igualdad, y romper prejuicios, estereotipos, hábitos y costumbres que denigran e infravaloran a la mujer, mucho más arraigados en los pueblos más pequeños y en las aldeas".
En octubre de 2020, Fademur expuso el resultado del “I Estudio sobre la situación de las mujeres víctimas de la violencia de género en el medio rural”, del que se desprende la existencia de factores de riesgo tales como "entornos con modelos patriarcales y creencias sexistas y discriminatorias de género, tanto en las familias de origen de la víctima como en las del agresor". Según este informe, "el 80 % de las mujeres víctimas entrevistadas hablan, de hecho, de machismo generalizado en el mundo rural. El estudio también concluye que el 100% de las víctimas, lo han sido de violencia psicológica".
Este estudio también muestra que "las campañas de sensibilización no llegan, que las mujeres rurales no se sienten identificadas con ellas, que falta información, conciencia social y capacidad de acceso a los recursos preservando el anonimato". A juicio de Ademur Jaén y Fademur, "las mujeres rurales permanecen el doble de tiempo en relaciones de maltrato de lo que dicen las estadísticas. Salir de la espiral de la violencia de género cuando vives en un pueblo o en una aldea es mucho más difícil. Las propias víctimas cuentan que se sienten solas, algo abandonadas y muchas veces impotentes, sobre todo, por la ignorancia de la propia sociedad. Nos dicen que de esto se sale, pero no sola y, que esto es responsabilidad de todas y de todos".
Por todo ello, las dos asociaciones consideran fundamental “trabajar para que se dé un cambio de mentalidad y no para mantener y promocionar los valores de una cultura patriarcal que fundamentan y justifican la violencia de género”. "Es necesario que las instituciones públicas velen y trabajen por nuestros derechos y no contribuyan, con sus actos, al mantenimiento, consolidación y potenciación de patrones culturales y conductas que atentan contra la integridad y la dignidad de la mitad de la población. Por nuestra parte, continuaremos trabajando por y para la igualdad de la mujer en el mundo rural ", concluyen Ademur Jaén y Fademur.