El ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, acompañado de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, ha visitado la madrugada de este domingo a las unidades de la Guardia Civil que vigilan el perímetro en la valla fronteriza, jornada en la que un reducido número de migrantes de origen magrebí intentó acercarse a la alambrada, pero desistieron al ver el dispositivo desplegado por la Guardia Civil.
Según ha informado a Europa Press un portavoz de la Delegación del Gobierno, el titular de la cartera de Interior "ha podido conocer de primera mano los dispositivos y recursos técnicos y humanos que emplea la Benemérita para el control del perímetro".
La presencia de Fernando Grande Marlaska de madrugada en la valla se produce después de su llegada el sábado a la ciudad española del norte de África para interesarse personalmente por el estado de los 50 guardias civiles y tres policías nacionales heridos durante la contención de los saltos a la valla producidos este miércoles y jueves en Melilla, los más numerosos de la historia de la alambrada que la separa del reino alauí.
Marlaska, además de mantener reuniones con las autoridades y los mandos policiales, se ha trasladado hasta la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, donde ha estado con los agentes que resultaron lesionados durante los dos saltos de esta semana, quienes han relatado cómo fueron los mismos y la violencia empleada por los migrantes.
Además, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha defendido la actuación para rechazar migrantes al actuar, dijo, "con proporcionalidad y respetando el principio de legalidad", por lo que asegura que "no tienen ningún inconveniente" en que el Defensor del Pueblo inicie una investigación sobre la presunta agresión a un migrante en la valla de Melilla recogida en un vídeo. Marlaska ha señalado igualmente que también existen "pruebas materiales" de la violencia empleada por los migrantes en los saltos a la alambrada melillense esta semana que se han saldado con los 53 agentes heridos.
El ministro también ha asegurado que el Gobierno va a proceder a "la expulsión de aquellos que no tengan derecho a permanecer" en España y "proteger a quienes tengan derecho a ser protegidos", tras los violentos saltos a la valla de Melilla registrados esta semana, que se han saldado con la entrada de cerca de 900 subsaharianos. Marlaska, no obstante, no ha detallado cuántos de esos 900 irregulares serán devueltos a sus países y cuántos recibirán protección internacional.