La tercera edición del Festival de la Pizza de Rota se ha hecho esperar. Tras las dos exitosas primeras ediciones, en 2018 y 2019, la pandemia desaconsejó su celebración en 2020 y 2021, y este 2022 vuelve a rendir homenaje a la reina indiscutible de la comida rápida. Una receta que en la localidad no es ajena a ninguna de sus cuatro últimas generaciones. Que le pregunten si no a Juan Francisco Jiménez Guitar, que a sus 79 años es el pizzero homenajeado este año. Su nieta, Saray, ha seguido sus pasos y elabora pizzas en Ginos, en el centro comercial Lagoh, en Sevilla.
A Juan Francisco todo Rota le conoce como el Tarifa, localidad donde nació y en la que vivió hasta los 14 años. A esa edad llegó junto a su familia y pronto se puso a trabajar como albañil para ayudar en casa, hasta que lo reclamó el servicio militar. A su vuelta, se dedicó a la hostelería, primero como camarero y luego como cocinero. Siempre por cuenta ajena. Primero en el Bar Eugenio (hoy Los Arcos) y luego en el de la Beni. Manuel Aparicio, conocido como Veneno, lo contrató para atender uno de los bares de copas americanos que proliferaban en la localidad. El dueño, con mucha vista, empezó a hacer pizzas para la calle y aquello fue un rotundo éxito. Las hacía Rafael Cascajosa, el homenajeado en la anterior edición fallecido hace unos meses. A éste a su vez le enseñó un cocinero vasco-francés que vino a trabajar al bar ABC, y que era un consumado experto en tan exótico plato por aquél entonces.
Luego Juan Francisco pasó en 1981 al Bar Español, y allí en La Costilla estuvo la friolera de 27 años haciendo pizzas. El protagonista del Festival de este año es incapaz de recordar cuántas miles de pizzas llegó a hornear durante más de cuatro décadas de oficio, lo sí confiesa es que desde que se jubiló hace catorce años no ha vuelto a hacer ninguna más.
Los que no le olvidan son sus clientes, que aseguran no haber vuelto a probar ninguna otra igual. Aquellas eran pizzas a las que los lugareños dieron el toque especial del producto único que procuraba el entorno. También la ausencia de prisas contribuyó al “fast good” que proclama Juan Ruiz Henestrosa (Little John) en lugar de la “fast food”. Juan Francisco recuerda que para hacer la masa “no había máquinas y todo era a mano. Subíamos un saco de 50 gramos de harina, hacíamos un hoyo en medio y añadíamos agua, levadura, sal, huevos y aceite. Después la dejábamos en un cubo para que fermentara durante horas”.
El resultado era una masa siempre fina y crujiente, “que estaba siempre tiesa y aguantaba todos los ingredientes, no había forma de que se doblara”.
Tanta o más importancia que la masa tenía el tomate frito. Una salsa que tenía un sofrito a base de ajo, cebolla, zanahoria, pimiento, apio y berenjena a la que luego se le añadía tomate natural en lata. Luego todo a fuego lento daba como resultado un tomate frito irrepetible.
Las pizzas que más salían eran las de hamburguesa, jamón y champiñón, que poco tardía en ser bautizada como “pizza roteña”. Lo de añadirle mayonesa Prima era un costumbre, pero al maestro pizzero siempre le pareció “un crimen”. Aunque le tentaron en no pocas ocasiones para que abriera pizzería propia en Rota, en Jerez y hasta en Marbella, Juan Francisco Jiménez Guitar siempre estuvo a gusto trabajando por cuenta ajena.
El reto, convencerle para que catorce años después vuelva a hacernos una pizza para el programa A boca llena, en 7 TV Andalucía.
Festival de la Pizza
El III Festival de la Pizza de Rota se va a desarrollar del 31 de marzo al 3 de abril en el Bulevar Bahía de Cádiz. A sólo cinco minutos de la playa por la avenida Valdecarretas, y a diez del centro histórico por la avenida María Auxiliadora, el lugar se está consolidando como el espacio más apropiado por aquello de la amplitud, los buenos accesos y un fácil aparcamiento para los cientos de visitantes que se esperan. En esta edición será 7 los establecimientos que estarán presentes: Gallego, La Martina, Slice, Villa de Rota, El Perejil, Sila y la novedad de Domino´s Pizza, un franquiciado que también se ha hecho un hueco en la ingente oferta pizzera de una localidad con una treintena de establecimientos para menos de 30.000 habitantes. Una proporción a la que ni quiera Nápoles se aproxima.
Una muestra de mujeres artesanas, un taller infantil de elaboración de pizzas, teatro y conciertos son algunos de los atractivos de la programación paralela que desarrollará de forma paralela al Festival.
