Llega el momento más decisivo de la temporada en una situación insólita. Nadie hubiera imaginado que el Málaga, que tan bien había fichado en verano, estuviera ahora a 270 minutos de la supervivencia o la muerte. Ya no hay colchón, se duerme en el suelo: dos puntos de margen con el descenso y un perseguidor principal llamado Real Sociedad ‘B’.
Hay dos discursos que pueden utilizarse tras un fin de semana poco beneficioso para el club. El primero y más positivo es que el equipo al menos sacó un punto ante un Real Oviedo que venía de una racha inapelable (ocho victorias en nueve partidos). Que mejor estar a dos puntos de distancia que a uno. Que la Real tiene que jugar contra Almería, Huesca y Zaragoza, nada sencillo su calendario. Y que las últimas jornadas del Málaga serán ante equipos que no se juegan nada, como Burgos (12º) y Lugo (15º). Que si se gana o incluso se empata en Tenerife, sería un golpe encima de la mesa.
El segundo pensamiento, más tirado al pánico y la negatividad, se resume en una condición, ganar ya. Hacerlo en Tenerife, sin esperar tropiezos ajenos. Si el Almería, que se juega el ascenso directo, logra ganar al Sanse y el Málaga da la campanada en tierras tinerfeñas, media salvación. Pero una derrota más sería una opción real de dormir, por primera vez en décadas, en posición de descenso a 1ª RFEF, que se dice pronto. No le quedan demasiadas tiradas a un Málaga que ha jugado demasiado a los dados y que ahora, a falta de tan poco, se juega su futuro inmediato.
Contratiempos
Las tres semanas decisivas de mayo contarán con obstáculos, como ha sido habitual durante el año. La lesión de Jozabed puede dejarlo fuera de las tres finales. Se espera con ganas a Javi Jiménez en el lateral, aunque la cantera sigue tapando fugas con actuaciones como la de Víctor Olmo el otro día. Juande, Hicham, Jairo y Adrián López siguen recuperándose y Sekou Gassama, que se llevó la pitada de su vida el sábado, no está para repetir titularidad. Al menos Chavarría se ha unido a la causa y Luis Muñoz, que ya ha cumplido la sanción de dos partidos por aquella roja ante el Eibar, puede regresar en este sprint final. Las lesiones y la baja forma de ciertos jugadores vuelven a generar dudas en una plantilla capaz de lo mejor y lo peor. Guede confía, aunque “nadie dijo que fuera fácil”.