Paula plantó dos tiendas de campaña frente al acceso al estadio Nuevo Mirandilla el jueves pasado y solo las recogerá cuando se abran las puertas del recinto este viernes para el concierto de Alejandro Sanz. “En cuanto termine, las vuelvo a montar”, asegura, para garantizarse ser la primera, junto al resto de sus compañeras, para disfrutar de la actuación del sábado justo bajo el pie de micro, lo más cerca posible del escenario.
No es la primera vez. “Empecé a hacer gira” con el cantante en 2010. Y, desde entonces, hace cola para cita con Alejandro Sanz. “Nunca he ido de cámping, pero tengo mi propio kit de acampada”, explica divertida, entre el que se encuentran colchones hinchables para pasar las noches que se hacen cortas porque “no nos callamos”, tercia Inma, cordobesa, que ha dejado a la familia en su ciudad en el inicio de sus vacaciones para embarcarse en la enésima aventura con el grupo de fans con el que no coincide desde 2019 a causa de la pandemia de Covid.
“Esto es una excusa para vernos”, añade. “Nos ponemos al día y cuando volvemos a casa recordamos más las viviencias de estos diez días que de las dos horas de concierto”, agrega Paula, aunque admite que merece la pena si el cantante “te hace un gesto desde el escenario en plena actuación”.
“Alejandro Sanz no es nuestro amigo pero nos trata bien”, afirma, remarcando que merece la pena la espera.
“Los vecinos lo hacen más fácil”. Paula e Inma agradecen que completos desconocidos les traigan algo de comer o les ofrezcan ducha. “La señora de la panadería es una diosa que nos carga las baterías de los móviles cada mañana”.
Y la Policía Local se preocupa por ellas. “Solo nos piden que no molestemos ni que tampoco ensuciemos”. “Da gusto hacer cola en Cádiz”, remacha Paula, quien recibió ayer la visita de su madre desde San Fernando, y contaba que ni se acuerda la primera vez que la acompañó a un concierto de Alejandro Sanz.
