El poder del primer ministro británico, Boris Johnson, que se prepara para anunciar su dimisión, había quedado claramente erosionado después de que 57 miembros del Gobierno hubiesen presentado la dimisión en protesta por la gestión y los escándalos del líder conservador.
Desde que Rishi Sunak y Sajid Javid renunciasen el martes como titulares de Economía y Sanidad, respectivamente, Johnson afrontó un aluvión de dimisiones, entre ellos ministros y secretarios de Estado.
De las 57 renuncias, seis corresponden a miembros del Consejo de Ministros, 22 secretarios de Estado, 22 secretarios parlamentarios, cuatro enviados de comercio y tres vicepresidentes del Partido Conservador.
Con estas dimisiones, a Johnson le resultaba cada vez más imposible contar con suficientes diputados conservadores leales a él que pudieran aceptar las vacantes dejadas por los dimisionarios.
El primer ministro ha aceptado hoy presentar la dimisión después de una conversación con el presidente del influyente Comité 1922, Graham Brady, para decidir los pasos para su partida.
En su conversación con Brady (que preside el comité que agrupa a los diputados conservadores sin cartera), Johnson aceptó continuar como jefe del Gobierno hasta que su partido pueda elegir al nuevo líder de la formación y, por tanto, nuevo primer ministro, según han indicado fuentes de la residencia de Downing Street.
Se espera que el nuevo líder conservador y jefe del Gobierno sea elegido antes del congreso anual de la formación en octubre.