“Herido” pero “sin rencor” tras la persecución judicial a la que fue sometido, Villepin aseguró querer “pasar la página” del caso y “mirar al futuro para servir a los franceses y contribuir en un espíritu de unión a la recuperación de Francia”.
El que fuera jefe del Gobierno galo entre 2005 y 2007 se ve así desembarazado del caso Clearstream que durante años ha lastrado su carrera política y le impidió rivalizar con Sarkozy por la candidatura conservadora a las Presidenciales de 2007.
Incluso si la Fiscalía recurre su absolución, una hipótesis muy probable porque había pedido para él una condena de 18 meses de cárcel sin cumplimiento y 45.000 euros de multa, Villepin sale fortalecido de un proceso en el que se ha presentado como víctima de la persecución orquestada desde el Elíseo.