Durante la noche del pasado viernes se entonaban vítores a la espera de que el esperado cantautor argentino, Andrés Calamaro, hiciese aparición en el escenario del Concert Music Fest. Un público entregado que no dejó de ovacionar hasta el último minuto de la cita, es lo que tiene cuando llevas cuatro décadas haciendo vibrar a una legión de fans que traspasa el atlántico y cinco grammys latinos a tus espaldas.
Apareció con aire de Bohemio, como el tema con el que abrió el concierto, pero antes pronunció dos palabras que fueron presagio de todo lo que estaba por llegar: Cádiz Mágico. El primer tema se percibió como una toma de contacto entre artista y público, un simple calentamiento, ya que nada más comenzar las primeras notas de Cuando no estás, los asistentes al encuentro se levantaron al unísono y ya no pudieron volver a sentarse durante las dos horas que duró la cita.
El Comandante indomable soltó un Cádiz Motherfucker seguido de las míticas Verdades Afiladas y sus deseados Crímenes Perfectos en el ecuador de la cita. Oteó el horizonte escondido tras sus gafas y cayó en la cuenta del tipo de público al que se enfrentaba, una tierra que no se arruga ante nadie. “Qué responsabilidad estar en Cádiz, en Chiclana”. En mitad del Tour 22, Calamaro encontró en la escena gaditana la calurosa hinchada que recordaba.
Maracas en vano, los acordes de Me arde, Media Verónica y Rehenes resonaban en el recinto mientras que el artista se dividía entre el piano y una danza imperiosa de un lado para otro. Pasaron Los Aviones y llegó el esperado astro, Maradona, el único momento en el que el argentino se retira sus gafas y apunta al cielo. El público, armado con la remera del Diego, daba saltos al ritmo de este homenaje musical y el cantautor decidió no seguir con más atajos. Como los grandes poetas fue directo y profundo al corazón y fue el momento de dejar que sonaran algunos de sus temas más esperados. La juventud y la vieja guardia se unió bajo una de sus colaboraciones, la nueva Hong Kong, donde el artista comparte espacio con C Tangana, que también se daba cita durante el fin de semana en nuestra provincia.
Antes de que Calamaro devolviera a los presentes a los años 90 de los Rodríguez, volvió a alabar a Cádiz con unas sentidas palabras “Honrado de cantar en Cádiz y en Jerez, cuna del cante y de Mágico González” y el rockero supo que era el momento de que sus fans sucumbieran al viejo Salmón y a su Flaca preferida.
Paloma anunciaba los últimos momentos del final de una noche redonda y cada una de las personas que se encontraban en aquel lugar pudo percibir un abrazo vocal entre el artista y su público, que acogía las históricas Sin documentos y Los Chicos sabiendo que la cita finalizaba, no sin antes ofrecer a sus fanáticos unos cuantos muletazos a golpe de capote. Qué maestría la del argentino que deleitó a los presentes demostrando lo que significa 40 años de experiencia sobre los escenarios.
Una crónica de Miguel Souto.