Un zulo fue hallado ayer por la tarde y los otros dos en una inspección en la que ha participado Ibon Iparragirre Burgoa, considerado el jefe del grupo de legales (no fichados) desarticulado por la Ertzaintza en la operación que comenzó el pasado martes y en la que han sido detenidas siete personas.
Durante la mañana de ayer la Policía vasca registró un caserío del barrio de Goimendi, en las cercanías del cual se hallaba el segundo escondrijo del talde desarticulado.
Además, se encontró un tercer zulo, al parecer una cueva natural, donde Iparragirre depositaba las armas.
El jueves la Ertzaintza encontró en una zona de monte en el entorno de Ondarroa un primer zulo que contenía 30 kilos de explosivos, entre nitrato amónico, pentrita y cordón detonante, además de polvo de aluminio, nitrato de aluminio y nitrometano, un reforzante utilizado por ETA durante los últimos años para la fabricación de amonitol, un explosivo con gran capacidad destructiva.
El hallazgo se produjo el mismo día que fueron detenidos en Ondarroa Zunbeltz Bedialauneta y Urtza Alkorta, que se suman a los cinco arrestados el pasado martes: Ibon Iparragirre Burgoa, de 36 años; Javier Zubizarreta Legardi, de 40; Jon Iñaki Esnaola Alba, de 34; Xeber Uribe Beitia, de 32, y Asier Badiola Lasarte, de 29 años.
En la operación, la Ertzaintza se incautó de armas y materiales para fabricar explosivos, presumiblemente bombas-lapa, además de drogas.
Este grupo está considerado como el autor de los atentados contra la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa, contra la sede central de la Caja Vital en Vitoria y contra la maquinaria de empresas que participan en la construcción del tren de alta velocidad en Orio (Guipúzcoa).