Inicio hoy una colaboración en el Viva Barbate, y en principio lo que espero sobre todo, es que las reflexiones y las cosas que se “cuenten” desde este rinconcito del Lapo, pudieran tener algún interés o utilidad, para algunos de los que se “asomen” al mismo.
Por comenzar por el principio, que parece lo más apropiado, el nombre elegido para esta columna, tiene que ver con una cuestión familiar, en recuerdo de alguien a quien no conocí, pero que no se por qué intuyo, que podíamos tener algunas cosas en común.
A partir de aquí, lo que aquí se cuente, nunca o casi nunca tendrá mucho de….. “cuento”, ya que por norma y convicción, intento fundamentar o documentar lo que digo; sobre todo cuando de asuntos que afectan a las “cosas del comer” se trata. Al margen de ello, obviamente, lo que aquí escriba; pese a que como digo, intentaré que no sean…cuentos, se hará desde una perspectiva y una manera de ver las cosas; como no puede ser de otra manera, ya que no creo ni me gusta la gente que se pone de “perfil”.
Teniendo en cuenta la temática del medio en el que se publicarán estos escritos, que tiene como “epicentro” a nuestro pueblo, el tema o los temas de Barbate, ocuparán una buena parte de estas reflexiones, ya que también me apasiona la historia y las cosas de nuestro pueblo. Un pueblo que en una primera aproximación a “vuela pluma”, podíamos decir que en muchos momentos de su historia, ha podido ir a “contra corriente”. Y por dar una pincelada, el primer ejemplo lo tenemos en nuestros primeros años como municipio independiente, cuando nuestro país vivía una dura postguerra, nuestro pueblo tuvo un crecimiento espectacular, pasando en pocos años, casi a triplicar los 8.000 habitantes que teníamos cuando en marzo de 1938 nos independizamos de Vejer. Aunque en ese “crecimiento”; como pasa casi siempre con estos crecimientos de “aluvión”, lo cierto y verdad, es que utilizando una terminología muy de nuestros pueblo, las “partijas” podrían haber estado mejor repartidas. Posteriormente; y desde hace más años de los que debiera, nos encontramos en una situación de “estancamiento”, sin tener muy claras las cosas, carentes de diagnósticos para nuestros “males” como pueblo, y por tanto careciendo de un “rumbo” claro y definido.
Pero bueno, ya hará tiempo y ocasión, en el tiempo que dure esta colaboración, de hablar de éstas y otras cosas, porque como os decía en la introducción, aunque los “asuntos” sobre nuestro pueblo tendrán su presencia y su importancia, habrá tiempo y ocasión para hablar de otras muchas cosas, y porque no también, de esas “pequeñas cosas”, que para un servidor, son casi siempre las más importantes. Salud, y ya que este número verá la luz en fechas cercanas a las Navidades, felices fiestas para todos.
