“He querido hacer algo sobre Alicia desde hace veinte años, pero no encontraba la forma de aproximarme a la historia hasta que me mudé a Sunderland y descubrí las fuertes conexiones de Carroll y la familia de Alicia Liddell, inspiración del personaje, con la zona”, explica el autor a Efe.
La publicación en español de esta novela gráfica, editada por Mondadori, coincide con el estreno en España de la película de Tim Burton sobre la obra de Carroll, si bien el cómic de Talbot apareció en inglés en 2007.
Al comienzo del libro, un pastiche de un cartel de music-hall anuncia que estamos ante una obra de teatro que se representa en el Sunderland Empire y que, con un único pase, nos ofrece “entretenimiento y numerosos divertimentos y divagaciones”.
Un conejo blanco nos conduce entonces al salón y comienza el viaje en que las historias se entrecruzan narradas por el viejo conejo y por el propio Bryan Talbot, que pasea por las calles de Sunderland y se cuestiona su propio proceso creativo.
Talbot, autor de Las aventuras de Luther Arkwright e Historia de una mala rata, resalta como mensaje de todo el libro la necesidad de “liberar la imaginación”, pero reconoce que el “aparente caos” de imágenes está sustentado por una “sólida” estructura, “al igual que en Alicia en el país de las maravillas”.
El resultado es un “documental onírico” en el que el autor acaba mostrando, de forma triunfal, como el microcosmos local puede convertirse en la Historia de toda la nación inglesa y cómo cada relato engendra nuevas historias.
Alice in Sunderland es, visualmente, una mezcla compleja de los mejores estilos del dibujante, por lo que vamos del blanco y negro y los esbozos hechos a lápiz a la acuarela, el collage, las ilustraciones digitales o la línea trabajada y a color.
El estilo de página también varía violentamente pasando de un formato convencional con nueve viñetas a ilustraciones a toda página con imágenes superpuestas, a modo de collage.
“Pensé detenidamente en el estilo de cada historia antes de representarla –señala Talbot–, pero estoy especialmente orgulloso de las ilustraciones del poema Jabberwocky, porque fue un intento de copiar el estilo de John Tenniel, el ilustrador original de Alicia en el país de las maravillas”.
Ésta es sólo una de las muchas influencias que muestra Alice in Sunderland, que contiene una aventura contada en forma de relato de terror de los años cincuenta, The Cauld Lad of Hylton, viñetas al estilo Tintín y una épica Leyenda del Gusano de Lambton.
A pesar de que el final, como para la Alicia de Carroll, es el despertar de un sueño, Talbot desconfía de los suyos.