¿Cómo no estar obsesionados con la Copa? Si han sido varios años de decepciones que ahora se han convertido en ilusiones, en realidades. El Unicaja se cargó a un gigante en cuartos y el sábado decidió fundir a blanco a otro como el Real Madrid en un partido casi perfecto (82-93) para meterse en otra final de Copa del Rey, en busca de su segundo título. Se graduaron de un máster en el triple, con 14 de 27, un 51% de acierto, y completaron un ejercicio de intensidad y hambre mayúsculo en el rebote, nueve más que los blancos. Es una manera de explicar el partidazo que pensó Ibon y ejecutaron sus guerreros.
Ningún equipo en la historia de este deporte había eliminado a los dos grandes equipos ACB en la competición copera, pero este Unicaja ha sido creado sin complejos ni límites. Vuela sobre la pista y la confianza en el plan de su ingeniero, Ibon Navarro, los está haciendo invencibles. ¿Quién dijo cuadro difícil? Barça y Madrid siempre recordarán contra quién se toparon en Badalona.
Con un David Kravish descomunal (20 puntos, seis rebotes y 24 de valoración), los 14 tantos de Osetkowski en tan solo 10 minutos jugados o la demostración de liderazgo silencioso de Will Thomas (15 de valoración) evidenciaron que el Unicaja no es un equipo de jugador franquicia, aunque muchos crean que lo sea Brizuela o Perry o Díaz. Es más bien una franquicia con jugadores de equipo. Y esos no todo el mundo goza de tenerlos.
El choque fue de tú a tú desde el principio. Dos triples consecutivos de Perry y Kravish marcaron terreno ante un Real Madrid que llegó sin el lesionado Sergio Llull. Salió con decisión el equipo de Ibon Navarro, fiable incluso en el rebote con Tavares en acción. Tres rechaces más que el Madrid en los primeros seis minutos de partido: eso sí que era seguir el plan para ganar. Insistir en el rebote, en el rebote y, sobre todo, en el rebote.
Había que rozar la perfección, sobre todo con el gigante caboverdiano en pista. Puso tres tapones en apenas siete minutos, lo que fue un aviso del poderío de este Madrid. Los de Chus Mateo lograron parar el entusiasmo inicial de los verdes y entre errores en el tiro y buenas acciones defensivas se esfumó un primer cuarto muy igualado (17-19).
El mal del Unicaja estaba siendo la falta de inspiración de Brizuela. Sus bandejas y bombas no estaban entrando y el Madrid penalizaba con el rebote defensivo. Con Chacho en pista, el orden se impuso, pero los cajistas aprovecharon su talento exterior para nunca dejar de competir. Dos o tres jugadas de acierto, siempre creadas desde una buena defensa, hicieron pasar de estar cuatro abajo a ir por delante (31-33).
Tener a Yabusele, Poirier, Tavares y Deck es como pararte de frente a un skyline neoyorquino. Rascacielos para los atacantes del Unicaja. Hasta seis tapones puso el Real Madrid en toda la primera parte. Ante tal dominio físico se supo bregar y hubo hasta tiempo para la creatividad de Tyson Carter, que calcó dos pases al corte de Kravish para que el pívot de Illinois hundiera el aro. Estaba en su salsa el interior cajista, bien acompañado por Ejim y su rol para un roto y un descosido.
Sin el Madrid acertado en el triple (1 de 10 en ese momento) y con el Unicaja muy errático en tiros de dos (38%), el choque llegó al descanso con un 39-39 que lo dejaba todo muy abierto para el segundo acto.
La inspiración de los artistas
Con dos destellos de la pizarra de Ibon, el Unicaja se colocó +5 con el tío Will haciendo de las suyas. La importancia inexplicable de Thomas y su baloncesto de fundamentos. Aunque el que estaba siendo más regular sobre la pista era Dylan Osetkowski, que ya llevaba 14 puntos a cinco minutos de finalizar el tercer cuarto. Lo malo, que para esos tiempos ya acumulaba cuatro faltas. Se sentó en el banquillo… y no apareció más porque falta no hizo.
Siempre estaba vigilado Kalinoski, con Deck que es pegamento en defensa, y no estaba cómodo en los tiros. Pero en el momento en que más acorralado se sentía tras bote, el escolta anotó un triple que si lo hubiera convertido Llull se hablaría de mandarina. Y con Tavares delante. Fue una canasta emocional para el 50-57, momento más complicado para el Madrid, pero a su favor utilizaron el bonus de los malagueños para ir a la línea de tiros libres cada dos por tres.
Los últimos instantes del tercer cuarto tuvieron de todo: errores no forzados, triples, aclarados con despistes atrás y equipos revolucionados, y aun así, un Unicaja sobreviviendo al martillo pilón. Con siete puntos arriba, todo se veía más claro para el último y definitivo paso, que era también un mundo en esto del balón naranja.
El Unicaja tenía el partido donde quería. Con 63-72 a favor, Perry estaba interpretando muy bien las jugadas, pero sendas decisiones arbitrales desquiciaban a Brizuela, que se ganó su cuarta falta. Debía tener cuidado. Menos mal que este equipo jamás es un escurridizo en lo mental, se mantiene siempre en el partido. Un triple de Carter -sonrisita de jugón incluida- puso el 64-78 a falta de 7:03 para el final. El clínic de tiro exterior es lo que estaba logrando este parcial demoledor. Tener un 54% de acierto en el triple estaba siendo más que clave.
Poco tiempo después, el Real perdió a Dzanan Musa por un golpe fortuito que lo mandó al banquillo. El parte de guerra no quedó ahí, porque Tavares se llevó una brecha en el ojo por un golpe de Ejim que también lo aparcó. Aunque el Madrid es mucho más que estos dos; es también Causeur, Hezonja, Deck o Yabusele. ¿Qué más da? El Unicaja estaba inspirado como sus pintores en plena ejecución. Da igual que Brizuela no fuera héroe -acabó con un punto, de hecho-, porque cuando no es él, la capa se la pone Carter o Kalinoski o Kravish. O a quien le toque.
Seguía empeñado el equipo blanco en intentar remontar a base de triples, pero no tenían el día. Tres anotaron de los 21 intentados, un porcentaje pírrico. El triple de Barreiro a 50 segundos del final fue la sentencia y la confirmación de la cuarta final copera de la historia del club. La afición empezó a rugir, una Marea Verde que es envidia sana de cualquier aficionado a este deporte en estos momentos. La final del domingo ya espera en la agenda de los cajistas y en el corazón de todos.
- Ficha técnica:
82 - Real Madrid (19+20+20+23): Williams-Goss (9), Musa (10), Hezonja (2), Yabusele (6), Tavares (19) -cinco inicial- Causeur (8), Sergio Rodríguez (5), Hanga (3), Deck (15), Rudy Fernández (-), Poirier (5) y Cornelie (-).
93 - Unicaja (17+22+27+27): Perry (10), Carter (12), Djedovic (5), Ejim (7), Kravish (20) -cinco inicial- Brizuela (1), Díaz (2), Osetkowski (14), Barreiro (3), Kalinoski (11) y Thomas (8).
Árbitros: Antonio Conde, Óscar Perea y Rafael Serrano. Sin eliminados.
Incidencias: Primera semifinal de la Copa del Rey disputada en el Palau Municipal d'Esports de Badalona ante 11.547 espectadores.