Lola Flores y Alejandro Sanz ya son Hijos Predilectos de la provincia por derecho. La Diputación Provincial de Cádiz oficializó este lunes su devoción por los dos artistas universales que en un momento de su vida tuvieron, además, la suerte de cruzarse y de ser amigos. El propio cantante y compositor, que ejerció de portavoz de los galardonados, lo contaba ayer en su discurso. Para Sanz, compartir este día “con mi querida Lola es una fantasía”. “He tenido la suerte de ser su amigo, de coincidir y disfrutar con ella el tiempo que la vida quiso, tuve la fortuna de compartir muchas bohemiadas -recordaba mientras Rosario le lanzaba un beso cómplice-, muchos momentos que se quedan para mí; magia pura sin fisuras, Lola en estado puro. Indescriptible. Hablar de Lola es hablar de Jerez de la Frontera y de la provincia de Cádiz, uno de sus exponentes más universales. Lola, te echamos de menos, te vamos a echar de menos siempre”, concluía entre aplausos.
Unos instantes antes, Rosario Flores, con quien bromeaba cuando coincidieron en la firma del Libro de Honor sobre la “ruta de museos” que iban a tener en la provincia, contaba en el escenario del Palacio de Congresos lo “emocionada” y “honrada” que se sentía por recoger esta distinción, aunque su madre no la pudiera ver en vida y se quedase con “esa espinita”. “Sé que mi madre está desde arriba está viéndonos. Ella hablaba de Andalucía con una pasión y con amor y con una alegría. Mi madre está bailando por bulerías y diciendo: ole mi tierra, y yo voy a llevar su sangre y su arte por todo el mundo entero. ¡Viva Lola Flores, nunca habrá nadie igual!”, decía en su despedida ovacionada por el público. Tanto este título, como el de Hija Predilecta de Andalucía y sus respectivas medallas, como explicó a los medios, estarán en el museo que la jerezana más universal tendrá en su Jerez natal a partir del próximo 31 de marzo.
El amor de Cádiz a Lola es eterno. Como también lo es ya el idilio de Alejandro Sanz con esta tierra. Un romance gestado desde su niñez y a base de momentos vividos, que también reivindicó ayer, al igual que su título de Rey Melchor de la capital en 2020 cuando comenzó su intervención. “Se le ha olvidado que también soy Rey Mago de la ciudad de Cádiz pero bueno…”, le decía, divertido, al presentador del acto, en referencia a los numerosos nombramientos que ostenta en esta tierra (Hijo Adoptivo de Cádiz, Embajador de Algeciras, Hijo Predilecto de Andalucía…). Ayer regresaba “a esta bendita provincia de Cádiz”, de la que se confiesa “devoto” y con la que vive un idilio permanente, “bien acompañado”, con “abanderados ejemplares de nuestra sociedad”, y representantes de “lo mejor de lo nuestro”, con quienes se mostraba “feliz” de poder compartir este día en el acto institucional, explicaba en alusión a las diez personalidades distinguidas con la medalla de la provincia. Una provincia de la que que “con reconocimiento o sin él”, es “un admirador, un amante y un entregado”. Y es precisamente por esta razón, por la que confesó que no necesita más reconocimientos, más formalismos. “Siempre quiero volver. Pero hoy tengo una petición: yo quisiera que por fin normalizáramos este amor y que ya no fuera ni noticia, que no tuvieran que distinguirme más, que yo no necesito ser Hijo Predilecto para ser el que más disfruta presumiendo de los suyos”, agregó, interrumpido por los aplausos. Aunque agradecido “desde el fondo de mi alma” por esta “formalidad”, “este lujo de ser Hijo Predilecto”, reconocía que “yo me siento más privilegiado que predilecto. Que ser predilecto es muy bonito, pero ser privilegiado es algo que uno elige y es lo que lo convierten en una especie de pirueta de la vida; una auténtica pasada”.
Acto seguido, defendió que desde ahora los reconocimientos sean “para aquellos que se mueren por ser reconocidos y que se lo merecen”. “No necesito nada más, ustedes me tienen ya”, apostilló. En este momento, viajó a su infancia, al niño que fue y que sigue con él. “Yo dentro tengo a un niño corriendo por las calles de Alcalá de los Gazules y de Algeciras, un niño arrecío bañándose al atardecer en la playa de Valdelagrana, de Barbate, del Rinconcillo, de Sanlúcar; un niño viajando en coche recorriendo las ventas de la provincia y un niño que cada febrero le explica a sus amigos al otro lado del Atlántico el significado del Carnaval, haciendo cantera”. Y volvió a hacer poesía, esta vez para su tierra, para su Cádiz, para su gente, para nosotros.
Diez Medallas de la provincia a personalidades y empresas
Pero en esta jornada de reconocimientos, el homenaje se hizo extensivo a otras diez personas y colectivos de distintos rincones de Cádiz y merecedores de la Medalla de la Provincia con los que Sanz ejerció de anfitrión mostrándoles su admiración y hablando en su nombre. “Es un orgullo estar con ellos en este acto, que no es ni más ni menos que un acto de amor”, indicó para hablar de sus compañeros: el pianista gastoreño José Luis Nieto; a la fiscal Antidroga, Ana Isabel Villagómez Muñoz; al relojero mayor de Algeciras, José Luis Pavón Manso; a la Asociación de Reyes Magos de Chiclana; al Colegio Nuestra Señora del Carmen de Cádiz; al grupo Ecos del Rocío, de Rota; a la Coral de Tarifa; a la Bodega Cooperativa Agrícola de Chipiona; al Restaurante Cuenca, de Jimena; y a la empresa Quesos Payoyo, de Villaluenga del Rosario. A todos le sobran méritos a la hora de ser referentes.
El presidente de la institución provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, fue el encargado de clausurar el acto con menciones expresas a cada uno de ellos. Eso sí, en la ceremonia, que cambió de emplazamiento de su tradicional ubicación, el Palacio Provincial, al de Congresos para ganar aforo, no podía faltar la música. Mientras que la jerezana Mara Rey versionó canciones célebres de Lola Flores como A tu vera, Ay pena, penita, pena y Limosna de amores, para abrir cual torbellino la gala, con la sanroqueña Verónica Rojas, que puso su voz a No me compares, uno de los éxitos de Alejandro Sanz, llegaron la calma y la emoción, seguidas de las felicitaciones del propio Sanz. La despedida se consumó entre palmas por bulerías tras un cierre también por el derecho, con el Himno de Andalucía en las voces de Ecos del Rocío.