En este sentido, según informa Ecclessia, la agencia de la Iglesia católica en Portugal, el Pontífice ha asegurado que es "realmente terrorífico" el sufrimiento de la Iglesia "por los ataques en su interior, por el pecado que existe dentro de la Iglesia misma". Además, pidió a los responsables esclesiales que estén "atentos" ante "los ataques del mal".
Con todo, ha destacado que la Iglesia tiene "una profunda necesidad de hacer penitencia y de implorar perdón" y ha apuntado también "la necesidad de justicia" en estos casos.
Aún con todo, el Pontífice ha concluido diciendo que "las fuerzas del bien están presentes y que, al final, es más fuerte que el mal". "La bondad de Dios es la última palabra de la historia", ha afirmado.