El Real Jaén no ofreció posibilidad para que dudasen ni aquellos que lo hacen por naturaleza. Desde el primer momento saltó al césped del Nuevo La Victoria dispuesto a inscribirse en esa final por el ascenso que va a ser el encuentro del próximo domingo en Marbella. Se corría el riesgo de que las prisas por depositar la mente en ese enfrentamiento hiciesen peligrar el encuentro ante un Málaga City que fue un títere en manos de un conjunto de Chumilla que se mostró ambicioso.
Desde el primer momento buscó con ahínco la portería contraria y, cuando se cumplía el primer cuarto de hora de partido, Antonio López tuvo la primera en un disparo que cruzó en exceso. La siguiente fue para adentro. El centro que puso desde la izquierda Mario Martos al segundo palo fue un caramelo que Urko Arroyo desenvolvió sin dejarlo tocar el suelo. El partido bien podría haber sido otro si Javi Sánchez no hubiese hecho una parada milagrosa en un mano a mano inmediatamente posterior, pero es que el Real Jaén cuenta con un portero que está sin duda entre los mejores de la categoría.
Para evitar más sobresaltos, los jiennenses pudieron sentenciar el choque en la siguiente jugada. Adri buscó y encontró en largo a Mario Martos y este la puso en el corazón del área para Antonio López que, cuando todo el mundo creía que remataría de primeras, se enfangó en un recorte que dio al traste con la ocasión. Hubo que esperar al 40 para que Óscar Lozano, con un control orientado espectacular a pase directo de su portero, aprovechase el resbalón de un central y la mala salida del arquero para picarla por encima y hacer el segundo.
Antonio López también pudo desquitarse de su error justo después mandando al fondo de la red una jugada trenzada al primer toque a la que el delantero puso la guinda, esta vez sí, al primer toque.
Se marchó con esa acción el encuentro al descanso y, nada más volver de la caseta, Chumilla guardó las joyas. Tanto Antonio López y Óscar Lozano jugaron con peligro de suspensión si hubiesen visto una amarilla y el ariete salió del campo en el 52’, ya por entonces se pudo permitir el lujo el Real Jaén de pensar en un encuentro que va a ser el más importante de la temporada.
Hubo un susto en el 56, cuando Javi Sánchez salió en falso y Matheus le birló el cuero para recortar distancias pero es que, como saben, hasta el mejor escritor tiene de vez en cuando algún borrón. Óscar y Zaki trataron de devolver la diferencia en el luminoso a los tres tantos aunque sin éxito. Sí que arriesgó el entrenador de los lagartos con la participación de Adri Paz, que regresaba tras varias semanas fuera por una lesión muscular y no solo fue titular sino que completó casi todo el partido. De hecho, no salió del terreno de juego cuando en el 75 Chumilla decidió que Lozano, Edu López y Urko ya habían jugado bastante. Entró Lolo Armario, que también tuvo minutos de rodaje después de su lesión, al igual que Pablo Siles.
Para cuando llegaron los cambios, el partido ya se había dormido según los intereses de una afición que aprovechó los últimos minutos de encuentro para dar sus ánimos a los jugadores de cara al encuentro de la próxima semana, ya que las pequeñas dimensiones del campo del Marbella impedirán que haya hinchas blancos en las gradas el tan decisivo encuentro. Y mientras el Real Jaén certificaba con una goleada que estará en aquella final con serias opciones de ascender, el Marbella hacía exactamente lo mismo en casa del Huétor Tájar.