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Matrícula de deshonor

¿Candidatos o productos enlatados?

Todo es medido y canalizado a través de asesores, que a la vez llevan las redes sociales y en muchos casos escriben los discursos y les marcan con quién hablar

Publicado: 18/04/2023 ·
17:26
· Actualizado: 18/04/2023 · 17:26
  • Foto de archivo de elecciones. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Hace ya años que la política asumió nuevos enfoques en el desarrollo de sus diferentes campañas para lograr sus objetivos. Se establecieron nuevas metodologías para captar al votante, creando marcas particulares y personales que lograran minimizar el impacto tan negativo que a nivel social se tiene de la actual política. Los nuevos perfiles pretenden conquistar al electorado a través de formatos enlatados y conceptos preconcebidos en gabinetes, creando un producto que se asemeje a lo que el ciudadano necesita, quiere o busca, según controvertidas encuestas, de las que hablaremos en otro momento.

Hace ya tiempo, realizando un curso sobre ‘Comunicación política: estrategia, imagen y mensaje’, leí un artículo o parte de un libro, con título: ‘The Brand Called You’, en español: ‘La Marca llamada Tú’, que refleja esa realidad que actualmente observamos. No me sorprendió dicha exposición, pero se convirtió en el recurso de cabecera de muchos asesores y políticos que perfilaban su marca hasta en el más ínfimo detalle, dado que todo vale, todo cuenta y todo es importante. No, no estoy comentando que esté en contra de dicha metodología, pero me niego a comprar una farsa que se adapta a los perfiles establecidos para convencer ‘mentir’ con tal de conseguir migajas de protagonismo.

Es curioso cómo se van moldeando los diferentes candidatos: la barba, el peinado, el traje y su color, la corbata, el movimiento de manos, las palabras que deben utilizar, los gestos, temas a tratar o como sentarte en el WC. Todo es medido y canalizado a través de asesores, que a la vez llevan las redes sociales y, en muchos casos, escriben los discursos y les marcan con quién o no pueden charlar. Al final, acabamos votando a un producto creado para un fin concreto, alejado de la realidad; un líder con poder, seguro de sí mismo y vestido de infinidad de supuestos proyectos que en su mayoría acabarán en cualquier cajón. Pero es lo que se cuece por estos lares, el juego al que estamos sujetos, apostando a una imagen ficticia que vende ilusiones y que se alejará, mucho, de esa realidad.

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