Los tardígrados son un tipo de seres vivos que se caracterizan, entre otras cuestiones, por vivir en condiciones de vida extremos. Son unos bichos diminutos, cuyas cualidades, son casi eternos y sumamente camaleónicos, en modo alguno reducen su repugnancia.
Pepe Blas es un tardígrado que vive en un contexto de rencor y odio extremos. Envejeció siendo ya joven, vinculado siempre al tardofranquismo, que lo vomitó para que, primero desde Alianza Popular y más tarde desde el PP, se adhiriera como una suciedad a la mamandurria pública.
De entre sus logros como concejalde hacienda, destaca la astronómica deuda que dejó en el Ayuntamiento de Cádiz, de más de 270 millones de euros. Todo ello para intentar proyectar un modelo de ciudad hortera y chabacano que renunciaba a su desarrollo industrial y a su identidad, para especializarse en el monocultivo del turismo.
Campeón del facherío más inquisidor, mano derecha de la alcaldesa cuyo nombre aparece en los papeles de Bárcenas, Pepe Blas se ha caracterizado por ejercer la política como un matón, amenazando constantemente con arrojar el aparato judicial local a quien le haya hecho frente.Tipo provocador, ha vivido toda su vida de dos cosas: el compadreo y el miedo. Por todo ello, debe escandalizar, pero no sorprender, que lance una amenaza sobre una periodista.
Por el contrario, deberíamos considerar que, precisamente, una parte del periodismo ha sido el que, en buena medida, le ha dado pábulo, generándole una legitimación pública que, a la postre, ha devenido en la impunidad que hasta hoy disfruta. Ojalá eso acabara.