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Sábado 09/11/2024
 

Almería

La finca de fauna de La Hoya acoge el primer nacimiento de trillizos de gacela de Cuvier

Este "raro hecho" ocurrió por primera vez a nivel mundial en 2008, pues esta especie de gacela pare o bien una sola cría por parto

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  • Chotos trillizos de gacela de Cuvier nacidos en la Finca Experimental de La Hoya (EEZA) en Almería.

La finca experimental de fauna sahariana La Hoya, ubicada en Almería y estación singular del CSIC dependiente de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), ha acogido el primer nacimiento de trillizos de gacela de Cuvier que se produce en 15 años.

Este "raro hecho" ocurrió por primera vez a nivel mundial en 2008, pues esta especie de gacela pare o bien una sola cría por parto --alrededor del 55% de las veces--, o bien gemelos, tanto en cautividad como en la naturaleza, según ha indicado el CSIC en un comunicado.

Cuando en abril y mayo de 2008 ocurrieron los dos primeros y únicos partos de trillizos en esta especie, también en el parque de rescate de fauna sahariana almeriense, "sorprendió sobremanera a la comunidad investigadora, pues no se tenía conocimiento de que esto fuera posible para la especie".

Desde la entidad se achacó el hecho "por un lado, al azar y la suerte; y por otro, a una excelente condición física de las hembras" a pesar de su intensa gestión en cautividad, pues producir tres hijos en un mismo parto supone un "gasto extra para la madre, no solo durante la gestación, sino también durante el periodo de amamantamiento, ya que ha de producir bastante más cantidad de leche para sacar adelante a toda su camada".

No obstante, que vuelva a repetirse dicho hecho podría estar vinculado, conforme a un primer análisis exploratorio de los padres y madres de las tres camadas de trillizos, a la existencia de "un gen muy raro que existe en la población en porcentajes muy bajos" y que "está asociado sólo a una de las líneas genealógicas maternas de la población cautiva" que "solo se manifiesta cuando padre y madre lo poseen", según ha detallado la investigadora responsable y coordinadora desde 2006 del Programa Europeo de Cría en Cautividad de la especie, Eulalia Moreno.

"Sospechamos que el plan de cruzamientos que se ha llevado en La Hoya, sobre todo desde 2005, incentivando la reproducción de determinadas hembras muy consanguíneas, ha aumentado la proporción de ese gen raro en la población y, por tanto, la probabilidad de que dos individuos, uno macho y otro hembra lo posean", ha detallado la investigadora.

En los próximos meses se va a trabajar más sobre esta hipótesis, que caso de confirmarse, ayudará a gestionar mejor la población cautiva, "tanto la que tenemos en Almería como la existente en otros zoológicos de España y Europa", ha indicado Moreno.

Desde hace más de 50 años en la EEZA se gestionan poblaciones de tres especies de gacelas: la gacela de Cuvier, la dorcas y el antílope mohor, cuyo estado de conservación a nivel mundial está sometido a distintos grados de amenaza según la especie.

El fin último de dicha gestión es conseguir efectivos poblacionales que aseguren su supervivencia a largo plazo y poder reintroducirlas de nuevo en sus zonas originales de distribución en el norte de África.

La primavera es la principal época de alumbramientos en La Hoya, al igual que en la naturaleza, y el primer parto de una hembra de gacela de Cuvier este año ocurrió el pasado 25 de abril. Desde entonces 16 hembras han dado a luz a 26 chotos, tres de los cuales han formado parte de una misma camada.

"Este hecho sólo ha ocurrido anteriormente en la primavera de 2008, y también en La Hoya. Entonces fueron dos las madres que parieron trillizos", han detallado desde la entidad científica.

En los mamíferos el tamaño de las camadas, es decir, el número de crías nacidas en cada parto, "suele ser bastante constante en cada especie, y suele estar correlacionado, entre otras cosas, con el tamaño del individuo, el período de gestación, la esperanza de vida y el número de mamas".

Así, la gacela de Cuvier, pesa entre 25 y 40 kilogramos, según su sexo, pues los machos son más grandes que las hembras. El período de gestación es de unos cinco meses y medio y los individuos, tanto machos como hembras, viven un promedio de nueva a once años, aunque pueden llegar excepcionalmente y en cautividad hasta los 16.

Las hembras tienen dos mamas, y pueden tener hijos a lo largo de todo el año, aunque suelen concentrar los alumbramientos en primavera, estación en la que hay mayor disponibilidad de alimento en la naturaleza.

En La Hoya, donde la reproducción de esta especie se mantiene con el mismo ritmo anual que si el animal estuviese en libertad, abril-mayo concentra la mayor parte de los nacimientos. El porcentaje de partos gemelares ronda el 40-45%, proporción que es muy similar a la encontrada en algunas poblaciones en libertad.

 

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