Pasaban las ocho de la tarde de ayer cuando el cielo comenzaba a rugir, como lleva ya casi dos semanas haciéndolo sobre el cielo de Alcalá. Sin embargo, en esta ocasión iba a ser diferente. La lluvia, que en días precedentes había sido generosa pero no torrencial, iba a descargar ahora de forma virulenta, afectando de forma especial a cuatro aldeas alcalaínas: Ermita Nueva, La Rábita, Las Grajeras y, sobre todo San José. Fue aquí donde se desató el desastre.
“Por el particular emplazamiento en que está construida la calle principal de San José, sobre un barranco que se abovedó en su día, ha dado lugar a que en una avenida de agua como esta, el cauce no pueda absorber la tromba de agua, y esto ha dado lugar a que se inunden muchas viviendas”, ha asegurado a este medio el alcalde pedáneo de San José, Juan José Ramírez. En concreto, según sus propios datos, se abrían visto afectadas entre quince y veinte viviendas, sobre todo las situadas en zonas como la Plaza del Altillo. También entró agua en la propia iglesia.
Si bien sobre la propia aldea no cayeron más allá de unos 18 litros, más arriba, sobre la Sierra de San Pedro, y concretamente conocido como el Barranco de los Pedregales, la cantidad recogida en menos de media hora superó los cincuenta litros, lo que provocó que la gran masa de agua descendiera como un tobogán hacia la aldea y los olivares colindantes.
Si bien no ha habido que lamentar daños personales, el caso más dramático ha sido seguramente el de una vecina británica a cuya vivienda se debieron desplazar los Bomberos de Alcalá la Real para achicar el agua que llegó a alcanzar un metro de altura cuando ella misma estaba en el interior. Por fortuna, según señala Juan José Ramírez, muchas de las casas situadas en la zona más afectada están deshabitadas, pues sus dueños viven fuera. Algunas de ellas están pendientes aún de comprobar los daños que la riada ha producido.
El alcalde pedáneo ha señalado el problema que supone la construcción de la aldea en un emplazamiento como este, con los riesgos que representa. “Hace unos setenta años, en otra riada, una niña se ahogó en la zona en la que estaba situada entonces la casa cuartel”, ha recordado Ramírez. No obstante, ha asegurado que en la aldea nadie recuerda nada parecido a lo sucedido este domingo.
Desde el Ayuntamiento, el alcalde, Marino Aguilera ha declarado a través de redes sociales que esta mañana ha visitado las zonas afectadas junto a la concejal de Obras, Mercedes Flores. “El Ayuntamiento está destinando todos los recursos disponibles a estas aldeas para recuperar la normalidad lo antes posible. Aunque ningún territorio está libre de este tipo de tormentas, el soterramiento de varios barrancos o cauces naturales como se observa en San José, tan solo ha servido para empeorar las consecuencias”, ha asegurado.