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La UE pone en marcha la misión contra la piratería en Somalia

Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE han aprobado definitivamente el despliegue de una misión para disuadir, prevenir y reprimir la piratería en aguas próximas a Somalia, en la que participarán nueve países y entre ocho y diez buques.

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  • El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó la satisfacción de España en este proyecto. -
  • Los ministros del ramo aprueban una misión
  • En esta operación participarán nueve países y entre ocho y diez buques
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE han aprobado definitivamente el despliegue de una misión para disuadir, prevenir y reprimir la piratería en aguas próximas a Somalia, en la que participarán nueve países y entre ocho y diez buques.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, expresó la satisfacción de España por el lanzamiento de Atalanta a su llegada al Consejo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores de la UE que dará el último paso burocrático necesario.

Recordó que España “inició el debate hace muchos meses” sobre la necesidad de enviar medios militares para luchar contra los asaltos a barcos en el Golfo de Adén, tras el secuestro del pesquero español Playa de Bakio.

Por su parte, su homólogo británico, David Miliband, confió en que la operación –que comanda Gran Bretaña– “sirva para empezar a establecer el orden internacional en unos mares que son vitales para el comercio alrededor del mundo”.

España contribuirá con dos barcos y un avión a la primera operación naval común de la UE.
Colaborará con las unidades de la OTAN y de otros países (como Malasia o Rusia) que han enviado también buques de guerra a la zona. 

Los ministros de Defensa comunitarios aprobaron el pasado mes de noviembre la misión –que ya había recibido un respaldo provisional en septiembre–, cuyos objetivos son los de proteger a los mercantes del Programa Alimentario Mundial (PAM) de la ONU y el tráfico comercial en la zona del Golfo de Adén, además de controlar y vigilar la zona.

En su declaración, los gobiernos europeos acordaron que sus efectivos navales “adoptarán las medidas necesarias, incluido el uso de la fuerza, para poner fin a la piratería o robos a mano armada”.

La misión de la UE, que tendrá una duración inicial de doce meses y un coste aproximado de 8,3 millones de euros, podrá detener a sospechosos de estos actos y transferirlos a países terceros, excepto si en ellos se aplica la pena de muerte o un trato degradante a los prisioneros, según indicó la presidencia francesa.

Los buques europeos estarán a un máximo de 500 millas marinas de las aguas en torno a Somalia, y se centrarán en proteger a los barcos en la zona “en función de una apreciación de riesgos caso por caso”.

La misión europea estará comandada por el vicealmirante británico Phillip Jones, y su estado mayor se situará en el centro de mando naval de Northwood (Reino Unido).

Además, el mando táctico de la operación estará situado en uno de los buques de forma rotatoria, inicialmente de Grecia y luego de España y Holanda. 

La puesta en marcha de Atalanta supone la clausura de la célula creada en septiembre pasado en Bruselas para coordinar las operaciones bilaterales de países de la UE, que está dirigida por el capitán de navío español Andrés Breijo.

Alemania, Holanda, Bélgica, Suecia, Chipre, Lituania y Gran Bretaña se sumaron a España y Francia en su disposición a mandar medios marítimos y aéreos a la conflictiva zona del cuerno de África.




MORATINOS TRATARÁ LA SEGURIDAD EUROPEA



El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, llegó ayer a Rusia para abordar con su colega, Serguéi Lavrov, la iniciativa rusa de un nuevo sistema de seguridad europea. 

Miguel Ángel Moratinos tratará de ese y otros asuntos con el jefe de la diplomacia rusa esta tarde durante una cena de trabajo, según informaron fuentes diplomáticas españolas en la capital rusa. 

El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, abogó por colaborar con Rusia para crear una “nueva arquitectura de seguridad” en Europa durante su entrevista con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, el pasado 1 de octubre en San Petersburgo.





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