NOIMA, la Escuela de Nuevas Oportunidades de La Garrotxa, que La Fageda impulsó el año pasado en colaboración con el Ayuntamiento de Olot (Girona), ha cerrado este mes de julio su primer curso habiendo acogido cerca de 150 alumnos.
Este hecho coincide con el inicio de las obras al antiguo convento de la Divina Providencia de Olot, para adecuarlo como sede de la escuela, y con la constitución de la fundación que gestionará la escuela.
NOIMA nació con el objetivo de atender a jóvenes que se encuentran fuera del sistema educativo y laboral para que puedan retomar un itinerario en algunos de estos ámbitos.
El patronato que se acaba de constituir está integrado por ocho personas: cuatro de ellas en representación de La Fageda Fundació, dos de la Fundació Llobet y Nicolau, una en representación del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Olot y una en representación del Consejo Comarcal de la Garrotxa, en este caso del grupo a la oposición.
Durante el primer curso de funcionamiento el proyecto ha contado también con la colaboración de una veintena de empresas de la región, la gran mayoría de las cuales han acogido jóvenes en estancias de prácticas laborales.
Durante este curso escolar, los 147 jóvenes que se han atendido a NOIMA, han podido beneficiarse de los cuatro programas que se desarrollan actualmente para dar una respuesta a ajustada a los perfiles y situaciones detectadas: el Programa de Acogida y Alfabetización, la Formación Profesional a Medida, el Programa de Activación Sociolaboral y el Programa de Prevención del Abandono Escolar.
El Programa de acogida, Alfabetización y Arraigo en el Territorio está dirigido a jóvenes recién llegados que no disponen de la competencia lingüística necesaria para poder iniciar un itinerario formativo. Vincula el aprendizaje de la lengua catalana con el conocimiento del entorno y la participación en el tejido social a través de varias actividades, promoviendo el arraigo en el territorio.
El de Formación Profesional a Medida se realiza en colaboración con empresas del territorio y se dirige a jóvenes que a menudo no han acabado los estudios secundarios y que tienen poca experiencia laboral. El objetivo es su inserción laboral. De 34 jóvenes atendidos el primer curso, 25 se han insertado al mercado laboral , el 73%.
El Programa de Activación Sociolaboral busca dotar de herramientas y apoyo en la juventud que está desvinculada del sistema formativo y que tiene voluntad de revertir esta situación. El proyecto se vertebra alrededor de una formación práctica y una intervención donde aplicar los aprendizajes realizados.
Por su parte, el Programa de Prevención del Abandono Escolar está dirigido a alumnado de ciclos formativos de grado mediano para prevenir el abandono prematuro del sistema educativo. Se hace con la colaboración de los centros educativos de origen que proponen los participantes en el programa.
SEDE
En el curso 2024- 2025, la escuela podrá estrenar su sede completamente habilitada dado que este mes de julio han empezado las obras de adecuación del edificio de la Providencia, proyecto que tiene una duración prevista de un año y que se ejecuta gracias a la colaboración de la Fundació Llobet y Nicolau.
Hasta que el edificio de la Providencia no esté rehabilitado las actividades se seguirán llevando a cabo en varios espacios cedidos por el Ayuntamiento de Olot (Girona).
La Fageda explicó que la Escuela de Nuevas Oportunidades quiere dar respuesta a uno de los principales retos sociales detectados en la comarca: un número muy alto de jóvenes de la comarca que están fuera del sistema educativo.
Generalmente, se trata de jóvenes de entre 14 y 24 años que han abandonado los estudios obligatorios o que están en riesgo de hacerlo, jóvenes que una vez lograda la ESO no se vinculan a ningún recurso formativo o jóvenes recién llegados con necesidades de alfabetización y de conocimiento de la sociedad de acogida.
NOIMA, en red con las administraciones públicas, los centros educativos, las entidades sociales y el mundo empresarial quiere generar nuevos entornos de aprendizaje y sinergias entre proyectos del territorio que permitan hacer frente a realidades como las relacionadas con el abandono escolar prematuro.
Un informe de la Fundación Bofill sobre este abandono en Cataluña indicaba el mes de noviembre del año pasado que el mayor porcentaje supera el 40% y se da entre jóvenes de 16 a 18 años.