Amiri fue recibido calurosamente por su mujer y sus hijos, así como por altos responsables iraníes de los ministerios de Exteriores y Ciencia en el aeropuerto internacional “Imam Jomeini”, al sur de Teherán, donde aseguró que EEUU llegó a amenazarle con entregarle a Israel si no colaboraba con ellos.
“Me pedían que dijese públicamente que había solicitado de forma voluntaria asilo político en EEUU y que traía un ordenador portátil con informaciones clasificadas sobre el programa nuclear iraní con fines militares”, dijo en declaraciones citadas por la agencia Fars.
Amiri desapareció a mediados de 2009.