Una terapia de humor imperdible. Dos horas de reírse a carcajada limpia. Golpe tras golpe sin dejar apenas coger aire entre uno y otro…, todo eso y mucho más define el espectáculo humorístico de La vida es un cachondeo con el que el dúo gaditano formado por Manolo Morera y Carlos Mení deleitó en la noche de este viernes al público del Castillo de San Romualdo, que colgó el cartel de completo.
Los otrora cuarteteros gaditanos, ojalá que alguna vez decidan volver, son sinónimo de espectáculo humorístico asegurado y eso se pudo ver reflejado en los rostros de un público que se fue entregando cada vez más con el paso de la noche hasta despedirlos en pie con una sonora ovación.
Además su complicidad en el escenario, pasen los años que pasen, es una de sus señas de identidad y se ve que disfrutan con lo que hacen hasta el punto de que en varias ocasiones tienen hasta que parar para reírse de ellos mismos de las pamplinas que sueltan por la boca. Todo ello edulcorado con unas dosis de improvisaciones inigualables y ese saber jugar con el espectador en cada momento.
La vida es un cachondeo es precisamente una parodia continúa sobre las distintas etapas del ser humano, pero en clave de humor, hasta el punto de que el que asiste a la obra se ve incluso reflejado en muchos de los sketches. Y, obviamente y como no podía ser de otra manera, Morera y Mení hacen que el público interactúe a lo largo de la representación.
Si pueden ir a verla, no se la pierdan porque pasarán dos horas abrazados a la felicidad y compartiendo miles de sonrisas.