Ya saben. Todo lo que va mal es susceptible de empeorar. Lo comprobé el lunes durante la presentación de la memoria económica de la Asociación de Grandes Industrias (AGI) del Campo de Gibraltar sobre el ejercicio 2022. Pude ratificar que, más allá de los buenos datos económicos, las reclamaciones del actual presidente de esa patronal, que integra a quince empresas, son casi las mismas que las exigidas hace treinta años por el primer presidente de la AGI. Antonio Moreno, ahora, y Manuel Morón, entonces, recordaban a las instituciones que el primer puerto de España en tráfico total de mercancías, el de la Bahía de Algeciras, carece de una red ferroviaria operativa y decente.
El desdoblamiento de la N-340 (A7) también era una música que sonaba entonces y lo sigue haciendo ahora. La más larga de las carreteras nacionales, con más de 1.200 kilómetros, tiene desdoblados todos sus tramos excepto el que une Vejer con Algeciras. La reclamación de más suelo industrial para que nuevas empresas puedan asentarse en el polígono industrial también es un común denominador de las tres últimas décadas, que sigue sin solucionarse. Ya ven. Las comunicaciones e infraestructuras que debían hacer más competitivo a este pulmón económico andaluz no es que vayan mal, lo siguiente.
A las reivindicaciones históricas se le suma ahora otro motivo de indignación. Resulta que la red de distribución del hidrógeno verde ¡no llega a la Bahía algecireña! Un ramal parte desde Huelva hasta Gijón, pasando por Portugal; y el otro desde Cartagena hasta Barcelona. Vamos, que los 3.000 kilómetros de tuberías que ha planificado Enagas se han “olvidado” de esas quince industrias, entre las que está el primer puerto de España. El presidente de la patronal campogibraltareña dijo que era inconcebible y una falta de respeto. Otra más.
Habría que empezar a hablar del milagro del Campo de Gibraltar porque con tan escaso apoyo institucional y estas aberrantes carencias sigue manteniendo su competitividad y nivel de empleo. Moreno, delante de los consejeros Antonio Sanz y Jorge Paradela, reclamó un cambio de mentalidad de los campogibraltareños. No concretó en qué consistía ese cambio, pero solo con la reivindicación se lograron avances para esa estratégica zona. No se trata de enarbolar la bandera de la novena provincia, pero sí de exigir inversiones.
