En una resolución aprobada por mayoría (337 votos a favor, 245 en contra y 51 abstenciones), el pleno de la Eurocámara expresó su "profunda preocupación" ante las repatriaciones y advirtió de que cualquier expulsión "masiva" viola la legislación europea.
Esa tesis no la comparte el Gobierno francés que, a través de su ministro de Inmigración, Eric Besson, replicó de inmediato a la reprimenda de los eurodiputados con los argumentos de que sus procedimientos se ajustan a derecho y de que el Parlamento Europeo se ha excedido en sus funciones.
"Está descartado que Francia suspenda las reconducciones a los países de origen, sean rumanos, búlgaros u otros ciudadanos", afirmó Besson.
El texto impulsado por socialistas, liberales, verdes e Izquierda Unitaria del Parlamento Europeo se impuso en una tensa votación a la propuesta del Partido Popular Europeo, que evitaba mencionar a Francia y recordaba el derecho de los Estados miembros a garantizar su seguridad interior.
Tras una semana de encendidos debates, la postura del centroizquierda prevaleció y fue finalmente apoyada también por diputados conservadores de algunos países.
"Hoy el Parlamento Europeo ha señalado la oposición fundamental de la UE a la xenofobia y a la violación de los derechos de los ciudadanos que durante los últimos meses”.