Desde la junta de gobierno del martes de la semana pasada en la que Lorenzo anunciara su intención de marcharse los comentarios se han disparado en Rota, algunos interpretando una maniobra ya repetida otras veces, otros dando crédito al anuncio y los directamente afectados estableciendo un calendario de contactos entre ambos partidos para llegar a acuerdos de gobernabilidad durante estos seis mes que luego fueran traspasables a un nuevo pacto si la suma de las urnas cuadran. Lo razonable es que Jesús Corrales, número dos de RRUU, asuma la alcaldía y posterior candidatura en base a los diez concejales que suma su formación por lo cuatro que tiene el PP, si bien Eva, presidenta y candidata popular, puede reclamar para ella el sillón grande en base a experiencia y fidelidad a un pacto. Entre hermanos de sangre habrá acuerdo, pero el problema puede venir por parte de quienes no han compartido cuna. Y esos son todos los demás.
En RRUU hay dos grupos, como casi en todos los partidos. Y el otro puede defender la opción de María del Carmen Laynez, que tiene menos contundencia en carácter y gestión que Jesús pero que a día de hoy representa la única alternativa posible. Hay otros, claro, que podrían postularse, pero su recorrido es más corto.
¿Por qué Lorenzo se marcha ahora? En primer lugar es cierto que determinada parálisis institucional en proyectos concretos le tiene agotado y, como él dice, no puede más, aunque un alcalde no puede ni debe marcharse solo por las trabas que encuentre para gestionar la confianza ciudadana porque, en ese caso, tendrían que irse casi todos.
Pero también no lo es menos que la crisis económica le lleva a un ritmo que no le gusta, que problemas personales y familiares le aconsejan desde hace tiempo parón y cuenta nueva y que en clave electoral los augurios van más hacia un pequeño retroceso que en aumento, como para casi todos los que hoy gobiernan. Todo lo mete en una bola de cristal, saca papeleta y ésta le dice: vete. Y como siempre ha sabido irse y lo demostró cuando rompió con Domingo Sánchez Rizo a un año de las municipales y el tiempo le dio la razón, ahora repite. No se sabe si para volver, aunque la puerta se la deja de par en par.
¿Y qué ha pasado con los partidos localistas cuando su líder fundador se ha marchado? En todos lo mismo. El IP de Hernán Díaz o el PA-PSA- PAP-Foro Ciudadano de Pedro Pacheco son ejemplos cercanos. Tal vez en Rota sea distinto, pero cuesta creerlo.
Cada uno es libre de elegir el camino que prefiera para declarar sus intenciones, aunque en este mismo espacio ya anunciáramos hace unos días que Lorenzo se va. Y con su decisión, muy respetable en el fondo, quien se frota incrédulo los ojos es un Psoe roteño que donde no veía nada ahora olfatea hueco. El tiempo dirá.