La Policía de Nueva York mantuvo completamente cerrado el conocido puente que une el sur de Manhattan y el barrio de Brooklyn durante "poco más de media hora", según explicaron a Efe fuentes policiales, después de que una persona alertara de la presencia de "un objeto sospechoso" en la zona por la que cruzan los peatones.
La alerta se disparó sobre las 9.30 hora local (13.40 GMT), momentos en los que las autoridades policiales procedieron al corte del tráfico en ambas direcciones y del paso de los viandantes para investigar el objeto, que finalmente se trató de "una linterna abandonada que no entrañaba peligro alguno", según indicó la Policía.
La linterna llamó la atención de quien dio la voz de alarma al contar con cables de cobre saliendo de su interior.
El Puente de Brooklyn, uno de los varios que unen la isla de Manhattan con los barrios de Brooklyn y Queens sobre el East River y que registra una mayor afluencia de tráfico, se encuentra ya reabierto en ambos sentidos.
Esa centenaria infraestructura, inaugurada en 1883, se está sometiendo a tareas de mantenimiento y renovación desde hace algunas semanas, unos trabajos que provocan por norma general retenciones de tráfico, el corte de algunos de sus carriles y retenciones en ambos sentidos del puente, hacia Manhattan y hacia Brooklyn.
El conocido puente, inmortalizado en numerosas películas, es una de las principales atracciones turísticas de Nueva York y registra diariamente la visita de miles de visitantes que suelen cruzarlo a pie en una dirección u otra.
El cierre del puente se debió a una nueva falsa alarma, que se suma a la larga lista de las que se han producido en la ciudad en los últimos meses, desde que el pasado 1 de mayo se descubriera en Times Square un coche bomba cargado con bombonas de propano y gasolina, así como relojes con pilas, cables y material pirotécnico.
Aquel dispositivo de explosión falló y el automóvil no estalló, lo que evitó un sangriento atentado, según explicaron entonces las autoridades neoyorquinas, en el corazón de Manhattan.
El vehículo fue preparado y aparcado por el estadounidense de 30 años y de origen paquistaní Faisal Shahzad, quien fue detenido dos días después cuando se disponía a huir de Estados Unidos por avión.
Shahzad fue condenado la semana pasada a una pena de cadena perpetua por ese intento fallido.