El cementerio municipal de Olot ha sido escenario desde primera hora de la mañana hasta el mediodía de la exhumación de seis de estos cadáveres, mientras que los otros dos reposaban en las poblaciones vecinas de Castellfollit de la Roca y Sant Salvador de Bianya, según han explicado a Efe fuentes de la investigación.
Juez, fiscal, abogado particular de La Caritat y agentes de la policía científica se han encargado de desenterrar los cuerpos, que han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de Girona, donde serán examinados por los forenses para descartar, como sucedió en los tres crímenes confesados, que el celador, Joan V., les hubiese suministrado también lejía para acabar con sus vidas.
Sin embargo, el resultado de las autopsias tardará "varios días" en conocerse, según ha explicado a Efe el letrado responsable de la defensa, Carles Monguilod.
En todos los casos, la muerte se certificó en su momento como natural, al igual que ocurrió en dos de los tres asesinatos confesados por el celador, hasta que la muerte de una anciana, Paquita Gironès, levantó sospechas que derivaron en la detención del presunto homicida, Joan V.
Monguilod está convencido de que, tal y como el celador aseguró en la confesión, la lista de víctimas se reduce a las tres que motivaron el ingreso en prisión de su defendido.
El abogado ha insistido en que la pena a la que podría ser condenado, a tenor de los hechos, sería la misma en la situación actual que de conocerse nuevos asesinatos, por lo que no tendría sentido que Joan V. los ocultase.
En todo caso, el defensor considera "normal desde el punto de vista de la investigación" la orden de estas exhumaciones por parte del juez.
Los hechos que concluyeron en la detención de Joan V. el pasado 18 de octubre comenzaron con el fallecimiento ese mismo día de Paquita Gironès, de 85 años, a la que se apreciaron restos de ingesta de un tóxico que habría sido la causa de su muerte.
Los problemas de movilidad de la víctima y la presencia en ese momento en el geriátrico de Joan V. llevó a su detención y posterior confesión ante el juez del asesinato de tres personas desde el 12 de octubre, todas ellas residentes de La Caritat.
Según su abogado, el detenido dijo que actuó "por amor" en un intento de liberar a ancianos cuyo débil estado de salud mermaba notablemente su calidad de vida.
El objetivo ahora del juez es descartar que la lista de asesinados sea más amplia, de ahí las ocho exhumaciones de personas que han fallecido este año en días en los que Joan V. estaba de guardia en el geriátrico.