No sé, pero entiendo que más pronto que tarde Jerez, fundamentalmente la parte cofrade de esta gran ciudad, debe reconocer los méritos que hicieron posible en los años 50, 60 y 70, en la primera expansión de la nueva Semana Santa, porque la anterior no nos la dejaron ver, que tuviésemos la Semana de Pasión que tenemos.
Muchos nombres de hombres de los que gracias a Dios seguimos disfrutando se vienen a la memoria, como los Paco Garrido o los Santiago Zurita, pero recuerdo con especial sentimiento el de Juan Cervilla Ortiz, aquel cofrade que en la barra de la antigua Cruz Blanca, justo a la verita del puesto de marisco de Carlos, intermedió para que le hiciese un entrevista al por aquellos años 70 presidente de la Unión de Hermandades, José Salido Paz.
Una entrevista que, ya sabía, se iba a encontrar en la doble página con otra a ese fenomenal periodista que fue mi gran amigo Carlos Vergara, entonces jefe de programas de Radio Jerez. Intentaba poner en ese doble reportaje el sí y el no a la Semana Santa, algo muy adelantado a su tiempo que tuvo el visto bueno de mi director, Alejandro Daroca, y que tampoco entorpeció mi redactor jefe Enrique Falcón.
Cervilla era miembro del consejo directivo de la Unión, pero ya había traído a Jerez el antiguo paso del Cachorro, previo pago de su muy importante importe por aquellas calendas junto al ya desaparecido Justo Garzón, para el misterio de la Cena, hermandad a la que ayudó en sus comienzos desoyendo la llamada de Juan de Mata que, conocedor de sus virtudes, lo quería incorporar a la Hermandad del Santo Crucifijo.
También había logrado ese palio magnífico para María Santísima de La Paz e incluso había estado en el equipo fundador de la Hermandad de La Defensión. Posteriormente, con don Rafael Bellido como primer obispo de Asidonia, formó parte de la Delegación de Hermandades y Cofradías y fue Hermano Mayor de la Hermandad del Carmen, como ya lo había sido de la Cena.
Cervilla que, incluso, colaboró con el suscribe en La Voz del Sur con una sección llamada Orientación Cofradiera, que sirvió de guía para muchas hermandades a la hora de confeccionar sus cortejos, ha sido santo y seña en la Semana Santa de Jerez y ahora, como Hermano Mayor Perpetuo de La Cena, merece, como muchos otros, el reconocimiento del Jerez cofrade porque sin ellos el hoy no hubiese sido posible.