"La petición es para que se vaya ahora. Se tenía que haber ido hace mucho tiempo", dijo a Efe Mohamed Bolhan, uno de los miles de activistas que este martes por la noche continuaban en la plaza Tahrir, después de doce horas de intensas protestas contra Mubarak.
El gobernante anunció horas antes que no tenía intención de presentarse como candidato presidencial para las próximas elecciones, programadas para septiembre de este año, y dijo que adoptaría una serie de pasos para preparar "una transición en paz".
Este anuncio se produjo después de una semana de manifestaciones en El Cairo y otras ciudades, que han causado más de cien muertos, para exigir que renuncie Mubarak, de 82 años y en el poder desde hace tres décadas.
"No le creo ni a él ni a su gobierno. Debería irse ya y que sea el pueblo que elija a quien quiera", dijo otro de los manifestantes, Aleh Barakat, farmacéutico, al comentar la promesa de Mubarak de que no se presentará a los comicios de septiembre.
"Hay millones de pobres por su pésima gestión económica", añadió.
Los participantes en la protesta de hoy, que parecían dispuestos a pasar la noche en la plaza Tahrir, epicentro de las manifestaciones de los últimos días, pudieron seguir el mensaje de Mubarak en una pantalla gigante instalada en ese lugar.
Cuando terminó el discurso, se extendió un abucheo y se generalizaron los gritos contra el gobernante y la demanda para que no esperara a los comicios de septiembre y renuncie ya.
"¡Lárgate!" y "¡No queremos a Hosni Mubarak!" eran algunos de los lemas que se repetían esta noche y que se han venido coreando a lo largo de esta jornada y de las anteriores, como parte de la oleada de protestas que comenzó el 25 de enero pasado.
"El pueblo se ha cansado del régimen de Mubarak y de los que le rodean", insistió Bolhan.
Otro de los manifestantes, Ahmed Mahmoud, sugirió que el paso siguiente sea trasladar esta protesta al palacio presidencial "y sentarse delante para ver cómo Mubarak se marcha de Egipto".
La concentración en la plaza Tahrir se mantenía esta noche sin incidentes, con un cordón de seguridad montado por civiles y por tropas del Ejército, que se hicieron cargo de este punto de la capital el pasado viernes por la noche.