La jornada de ayer fue calificada como el Viernes de la Dignidad y el Desafío y fue continuación de una serie de protestas que se están desarrollando en Irak al calor de las revueltas populares de Túnez, Egipto y ahora Libia.
El punto más importante fue la plaza Tahrir de Bagdad, donde miles de personas llegaron a pie porque desde la última medianoche regía un toque de queda para vehículos que impidió el libre desplazamiento de participantes en las manifestaciones.
“No a la corrupción”, “No a los favoritismos”, “No al desempleo”, decían algunas de las pancartas que se llevaban los manifestantes en la concentración de la plaza Tahrir de Bagdad.
Para evitar que los manifestantes se extendieran por otras partes de la ciudad, especialmente en la llamada zona verde de Bagdad, donde se concentran la sede del Gobierno y de varios ministerios y embajadas, la policía cortó los puentes de acceso desde la plaza Tahrir (Liberacion, en árabe)
Uno de los manifestantes que se encontraban allí, Salem Husein, dijo a Efe que a primera hora de la tarde estallaron algunos disturbios menores en esa plaza cuando las fuerzas de seguridad disolvieron la concentración a la fuerza.