Los científicos, han descubierto la gran importancia que tiene el denominado ADN basura en procesos como la formación de órganos y tejidos. En los seres vertebrados, únicamente el cinco por ciento del ADN es codificante. Esto significa que sólo esta pequeña parte del genoma tiene la capacidad de generar ARN, que haga de mensajero entre el ADN y los mecanismos encargados de fabricar proteínas. El 95% restante, considerado hasta hace poco tiempo como ADN basura, contiene unas regiones reguladoras encargadas de controlar cuando, dónde y en qué cantidad se debe generar ARN a partir del ADN, mediante un proceso que se conoce como transcripción genética.
Interacción física
José Luis Gómez-Skarmeta, investigador del proyecto, explica la complejidad de este trabajo: “El gran problema es que estas regiones reguladoras son difíciles de identificar ya que se desconoce su lenguaje en el código de ADN. Hemos realizado un mapa global de estas regiones reguladoras en la zona del genoma que contiene los genes del complejo Iroquois. Estos genes son esenciales en el proceso de formación de gran cantidad de tejidos y órganos en todos los vertebrados. De esta forma, demostramos que el ADN no codificante contiene gran cantidad de información”.
Según los investigadores del proyecto, otra de las novedades descubiertas es que existe una interacción física entre las regiones reguladoras identificadas y los genes del complejo Iroquois.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo utilizó una novedosa técnica llamada Chromosome Conformation Capture, también denominada como 3C. Esta técnica permite medir las interacciones entre dos regiones del genoma. Los investigadores aprendieron esta tecnología en Holanda, y actualmente comparten sus conocimientos con otros científicos españoles.
Además, los científicos han descubierto una estructura tridimensional que se encuentra dentro del complejo Iroquois, en la que existen dos genes físicamente juntos y un tercero separado de ellos, lo que podría permitir a los elementos reguladores actuar sobre algunos genes mas que sobre otros.
En colaboración con el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, en este proyecto han participado integrantes del grupo del investigador Miguel Manzanares, del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, y del Hubrecht Institute-KNAW de Holanda.
Con la publicación de este trabajo de investigación, que lleva gestándose alrededor de cuatro años, los científicos andaluces han dado un gran paso en la difícil tarea de conocer y comprender cómo funciona el genoma de los animales vertebrados.
Sin duda, estos importantes conocimientos podrán ser utilizados en un futuro no muy lejano para ayudar, de alguna manera a los seres humanos que lo necesiten.