En un mundo globalizado y competitivo, dominado por las leyes del mercado, y el que algo quiere, algo le cuesta, sin apenas espacio para la contemplación, parecería que no hubiera lugar para esos seres cuyo permanente y máximo objetivo es no dar un golpe ni en una pelea, sin embargo créanme cada vez son más y más especializados, Son vagos por vocación.
Durante el día hacen como que estudian, buscan trabajo reflexionan o sobre las posibilidades creativas de la cría recurrente del cangrejo de rio, que al parecer tiene un gran futuro en Islandia, mientras dan culto a su cuerpo y a su espíritu. En verdad que el arte de ocupar horas y horas, sin hacer nada útil es un duro oficio.
Su escenografía tiene la apoyatura de un lenguaje vacío y ridículo que no cesa de articular palabras para no decir nada, un vestuario, desaliñado y sucio pero que encierra todas las etiquetas de las marcas de moda y que suelen costar un pastón.
Hoy día, tienen unos grandes aliados en la interpretación de sus papeles de protagonistas del cuento, en todos los artefactos de las nuevas tecnologías y unas autopistas llamadas redes sociales, que les sirven para estar en contacto con todo el mundo y no comunicarse con nadie.
Estos holgazanes están en todas las estadísticas, porque siempre se muestran dispuestos a responder a todas las encuestas. Son entidades andantes de producción de gastos, con olfato de cazador en busca de la víctima propiciatoria, dispuestos a contribuir a la causa revolucionaria de cómo vivir a costa de los demás.
Son doctores de la indefinición que dominan como nadie la técnica del halago y la estrategia de la necesidad del otro. Jamás hacen movimientos gratuitos y la Ley del mínimo esfuerzo domina su inactividad “mejor sentados que de pie, mejor acostados que sentados…”Y a la hora de la invención , siempre hay un mal propio o de un familiar cercano, que les ha impedido poder realizar la tarea que el momento exigía.
Para nuestros parados de lujo, poetas de la quintaesencia de la flojera, trabajar además de innecesario es vulgar, y por tanto algo que deben evitar a cualquier precio. Aún Cuando viven únicamente el presente, es su filosofía que este no existe , sino en la continua promesa de que nunca ha llegado su momento.
Catedráticos de la charla y expertos en el buen beber y mejor yantar, poseen ese escaso atractivo de fabricar leyendas y cuentos capaces de cautivar al más incrédulo y transportarles de la mas dura y penosa realidad al mejor de los mundos. Héroes del humo que nos narra la misión imposible en las circunstancias más adversas . Deliciosa fantasía que nunca podrían realizar porque el esfuerzo es un pecado que jamás cometerían.
Están al loro del último estreno de teatro al que no han asistido, la última película que no han visto, y el libro que acaba de ser publicado pero que no han leído. Es como otros muchos que conocemos y que no soportamos porque hacen de todo esto una ocupación y, a veces , hasta un castigo, incluso una tortura al prójimo.
Su enorme grandeza y a la vez su gran tragedia es que no tienen nada que hacer, y un día es un tiempo muy corto y muy largo según como se mire y hacen falta grandes dosis de creatividad para llenar veinticuatro horas como protagonistas de una película en la que casi todo es prestado.
Este es el arte de estos picaros , que no les gusta mirar para atrás porque huyen del pasado, pero que carecen de futuro. Son en el buen sentido de la expresión alérgicos al trabajo.
