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Piden 386 años para el etarra Manex Castro por dos bombas-trampa en Hernani

El fiscal pedirá 386 años de cárcel para Manex Castro, uno de los presuntos asesinos del empresario Ignacio Uría.

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 El fiscal pedirá 386 años de cárcel para Manex Castro, uno de los presuntos asesinos del empresario Ignacio Uría, por colocar en 2009 dos bombas-trampa en el monte Santa Bárbara de Hernani con el fin de acabar con la vida de los ertzainas que inspeccionaran la zona tras otra explosión en un repetidor.

Manex Castro será juzgado el próximo miércoles en la Audiencia Nacional acusado de pertenencia a banda armada, 24 delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa, uno de daños terroristas y otro de tenencia y fabricación de explosivos.

En sus conclusiones provisionales, la Fiscalía relata que Manex Castro, junto a los presuntos etarras Beñat Aginagalde, Iurgi Garitagoitia, Joane Larretxea y Ugaitz Errazkin -todos procesados también por el asesinato de Uría en 2008- confeccionaron el 15 de enero de 2009 en la casa de la madre del primero tres mochilas-bomba.

Los artefactos estaban compuestos por explosivo amonal o similar, con un multiplicador (pentrita), un reforzante (nitrometano o similar) y un temporizador.

Uno de ellos fue accionado sobre la 01.02 horas del día 16 en el repetidor de comunicaciones del barrio de Santa Bárbara, causando a France Telecom España desperfectos estimados en 22.386,01 euros; a Retevisión en 52.610 euros y al departamento de Interior del Gobierno vasco en 2.227,81 euros, más otros 4.772,06 de reparación".

La onda expansiva también alcanzó a la Guardia Municipal del Ayuntamiento de Hernani, donde ocasionó daños tasados en 2.357,47 euros.

"Aprovechando la hora nocturna que era y en la esperanza de que acudiera la Ertzaintza al lugar de los hechos, a escasos metros de donde se puso el artefacto que hizo explosión y en el camino de acceso al repetidor" colocaron otros dos "escondidos, interconectados entre sí y disimulados con diferente vegetación", indica el escrito del fiscal.

Todo ello, añade, "con la intención de acabar con la vida de cuantos policías acudieran a inspeccionar la explosión producida".

Tras la detonación acudieron dos policías municipales de Hernani, otros 21 agentes de seguridad ciudadana y doce de la unidad de desactivación de explosivos de la Ertzaintza, así como un técnico de Retevisión y un operario de mantenimiento que "tuvieron la prudencia y la suerte de no accionar las bombas".

Los terroristas colocaron dos papeles con la inscripción "Kontuz bonba ETA" ("Peligro bomba ETA"), uno en la cuesta de acceso al repetidor y otro en éste, y pintaron las mismas palabras en un muro de la parte alta que "se refería presumiblemente al artefacto" explosionado.

De esta forma, perseguían "llamar la atención de la Ertzaintza para que se viera envuelta en la posterior activación" de las otras dos bombas-trampa" que, de haber explotado, hubieran ocasionado "una matanza, dado que además de estar camufladas, en ellas se contenía gran cantidad de metralla".

Posteriormente, Castro acudió el 28 de febrero a una casa de sus padres en Hernani, donde permaneció cuatro horas en compañía de Aginagalde y Errazkin, tras las que salió y arrojó a la basura una bolsa con elementos para fabricar explosivos, que coincidían con los recogidos por la Ertzaintza en el repetidor de Santa Bárbara.

El atentado fue reivindicado por ETA en el diario Gara el 15 de junio de 2009.

Manex Castro integraba, junto a Aginagalde -detenido en Francia en febrero de 2010- y Errazkin, que se encuentra huido, el comando "Asti" de ETA, al que apoyaban los 'liberados' (a sueldo de la banda) Garitagoitia y Larretxea, que formaban el comando "Ezuste" y que fueron también detenidos en Francia en 2009.

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