Los dos fallecidos, según la cadena de televisión estatal, son miembros de los grupos armados a los que las autoridades sirias acusan de la muerte el pasado 6 de junio en Yisr al Shugur de 120 personas, en su mayoría militares.
El asalto a esta localidad de la provincia de Idleb comenzó el pasado viernes, coincidiendo con una nueva jornada de represión de las protestas contra el régimen del presidente Bachar al Asad.
Las tropas entraron en la ciudad después de desactivar explosivos de dinamita que habían sido colocados por grupos armados en los puentes y en las carreteras.
La televisión siria señaló, además, que hay intensos enfrentamientos entre el Ejército y miembros de los grupos armados que están refugiados en Yisr al Shugur y sus alrededores.
Según la agencia nacional Sana, el Ejército irrumpió también en el hospital de la localidad y expulsó del centro a miembros de grupos armados.
Estas informaciones no se pueden confirmar de manera independiente debido al férreo control informativo de las autoridades que han expulsado, detenido, amenazado y torturado a numerosos periodistas.
Los grupos de activistas opositores también han denunciado el asalto a la ciudad con intensos bombardeos efectuados por tanques y disparos desde helicópteros.
Los denominados Comités Locales de Coordinación indicaron que el Ejército sirio comenzó el bombardeo de la ciudad a las 07.15 hora local (05.15 GMT) con el empleo de tanques y artillería pesada.
Las tropas entraron en la ciudad, según este grupo, por las zonas oriental y meridional de la misma; se escuchan fuertes explosiones y se estima que el número de tanques es cercano a dos centenares.
Ayer, la televisión siria aseguró que el Ejército había detenido a "dos grupos de dirigentes terroristas" en las cercanías de Yisr al Shugur, después de la ofensiva militar iniciada la víspera.
La brutal represión del Ejército en la provincia de Idleb ha obligado a más de 5.000 sirios a buscar refugio en Turquía, mientras que varios cientos más esperan en el lado sirio de la frontera.
Desde mediados de marzo, miles de sirios piden la introducción de reformas políticas y la caída del régimen, que por su parte acusa a grupos armados y a una gran conspiración internacional de estar detrás de las protestas.