En una entrevista con la agencia Efe, Eleuterio Sánchez ha explicado que este mismo mes de enero va a presentar ante la Sala Militar del Tribunal Supremo la petición de que se declare la nulidad radical del proceso por el que en 1965 fue condenado a muerte en un juicio sumarísimo, ante un tribunal militar y según la Ley de Bandidaje y Terrorismo.
La posible anulación, en la que invocará la Ley de Memoria Histórica, será “un reconocimiento para mí, pero mi mayor alivio será resarcir a los míos”, dijo Eleuterio, que recuerda que sus hermanos sufrieron cinco años de prisión preventiva, saldada luego con una sentencia absolutoria, solo por el parentesco que les unía con el preso más famoso del franquismo.
“Yo no voy a enarbolar ninguna bandera, pero me gustaría que a raíz de mi caso hubiese una mayor sensibilidad social” hacia los delitos comunes que el franquismo juzgó con juicios sumarísimos, ha dicho Eleuterio.
El Lute, que en la cárcel aprendió a leer y escribir, y luego terminó la carrera de Derecho, asegura que, “a día de hoy, con más elementos de juicio, he llegado a la conclusión de que no fui un delincuente”, pues cometió su primer delito a los 18 años, cuando robó dos gallinas en un invierno en el que se había terminado el trabajo y pasaba hambre.
“Nunca fui un delincuente porque trasgredí unas leyes en las que nunca fui educado y la ley de los que lo tienen todo”, sostiene.
Aunque ahora cree que “la libertad es lo más sagrado que tiene el hombre”, Eleuterio recuerda que en la cárcel pasaba tanta hambre que “no soñaba con la libertad sino con el olor del pan recién hecho en las tahonas”.
Después de haber estado 18 años encarcelado, Eleuterio sostiene que la cárcel “te habita y es una sombra que te acompaña siempre”, hasta el punto de que ha rechazado muchas veces dar charlas en los penales.
De lo que se siente más orgulloso es de su decisión de estudiar, porque “comprendí que mi arma tenía que ser culturizarme”, y explica que “eso no me lo va a quitar nadie”, comentó.