Sus primeros clientes, locales de copas en los que solía trabajar como camarero. Tiene en su haber más de cien cubiertas de discográficas como BMG Ariola y Warner Music. Uno de sus trabajos más reconocidos, crear la marca y diseño de los autobuses turísticos de la City Sightseeing Ltd, los rojos de dos plantas que recorren más de 70 capitales del mundo.
Pedro Cabañas nos recibe en su estudio de la calle Lumbreras para explicarnos su participación en Kënu, película que entra a concurso en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y que se presenta hoy en el Lope de Vega, y en dos trailers de dos trabajos sevillanos: Ali y El Mundo es nuestro, que verán la luz en la primavera de 2012.
¿Cuéntenos su participación en el largometraje Kënu?
–Llega como resultado de una larga relación con la productora sevillana Jaleo Films y Álvaro Alonso. He estado vinculado a este proyecto desde el principio. Tras leer el guión de Álvarez Pastor generé todo el material promocional antes de rodarse y me involucré, de la mano de Pepe Domínguez, el director de arte, con los recursos gráficos del rodaje, además de tener la suerte de ver el material del director de producción, Manolo Limón, y de Ana Álvarez Ossorio, ayudante de montaje, con la que pude ir metiéndome en la estética de la cinta. Con el diseño del cartel, la parte que verdaderamente me apasiona, un trabajo tan coral y emocionante, tomo la responsabilidad de crear una pieza que va a ser la cara estética del largometraje. De pequeño me emocionaba ir al cine Imperial, donde todavía se conservaba la bonita costumbre de pintar los carteles de las películas que se proyectaban en un formato gigantesco. Ahora yo hago esos carteles y no puedo sentirme más feliz.
¿Y ‘Alí’?
–Es un proyecto escrito, dirigido, producido y rodado íntegramente en Sevilla pero nos cuenta una historia sensible que no tiene límites geográficos. Son dos sevillanos, Paco R. Baños y Rafael Cobos, quienes escriben esta emocionante historia, y el primero la dirige. Letra M es quien la produce y hoy presentan sus primeras imágenes. La involucración ha sido exactamente igual y aun mayor, pues al ser rodada en Sevilla no dudaba en encontrar huecos este verano y me plantaba en los rodajes, cosa que me encanta. Existe mucha magia en el cine y aunar estas dos pasiones es demasiado bonito. Diseño, cine y yo en medio. La estética de la película me agrada especialmente y el trabajo junto a su directora de arte, Gigia Pellegrini, ha sido muy enriquecedor.
Háblenos de ‘El mundo es nuestro’
–Es una de las mejores locuras de los últimos tiempos. En este proyecto independiente, sin apenas recursos, pero suplido por una genialidad de ideas, de energías y de ganas de hacer cosas, estoy casi desde el principio. Alfonso Sánchez, guionista, productor y director, presenta hoy el trailer de este largometraje bajo el sello Mundo Ficción. El Cabeza y el Culebra, dos antihéroes salidos de Youtube con sus decenas de miles de visitas en la red con sus cortos, ahora dan el salto al celuloide y la gran pantalla. Aquí, además de todas las labores gráficas, me he involucrado en la coproducción. Sólo de la unión de fuerzas podemos sacar adelante proyectos de este tipo con la que está cayendo. Junto a Xtrared, una compañía de desarrollo web sevillana, estamos haciendo muchas acciones online para hacer llegar a más gente este proyecto, que se estrenará en la primavera del 2012.
Se discute si el diseño gráfico puede considerarse arte, ¿cuál es su opinión?
–Es algo apasionante de debatir pero en mi opinión no existe una única respuesta. Es personal de cada creativo, casi intransferible. Para mí, depende de cómo yo afronto un trabajo de diseño y, sin duda, es un ejercicio de creatividad artística. Así lo ejerzo y así lo disfruto sin pretender que el espectador sienta lo mismo que yo. Ahí está la grandeza de expresarse artísticamente. No es ciencia.
Siendo licenciado en Bellas Artes se decantó por el diseño gráfico...
–No veo barreras entre las Bellas Artes y el diseño. Ya dibujaba carteles a boli Bic en el instituto para publicitar las fiestas del fin de semana que nos pagarían el viaje de fin de curso. Ingenio, creatividad y dibujos que atrajeran la atención de mis “clientes” y duraban media hora, porque se los quedaban de recuerdo. Dibujo, pinto, diseño... En definitiva, me expreso. Cuando pinto corro el riesgo ante mí mismo; cuando diseño, además de conseguir algo estéticamente sugerente tengo que hacer que a la vez venda algo.
¿En qué disciplinas artísticas suele colaborar con sus diseños?
–He hecho de casi todo, desde crear logotipos, otra de mis grandes pasiones, a nombres para empresas. La temática cultural y social son mis grandes pasiones, donde me gusta moverme. Donde más emocionante es lo que debo conseguir “vender”