Una vez en tierra la embarcación semirrígida, la Benemérita inició el operativo para la interceptación de la misma, activando las unidades marítimas y terrestres en la zona. Los agentes actuantes observaron cómo a pie de una de las playas sanroqueñas se encontraban varias personas “realizando la descarga de la mercancía” presuntamente.
Tras advertir la presencia de los agentes, tales personas presuntamente huyeron precipitadamente del lugar, dejando abandonada la embarcación y la mercancía. La Guardia Civil finalmente no pudo practicar detenciones, ya que, según el instituto armado fue imposible la localización de los huidos “debido a la orografía del terreno”.
Fruto de la operación, la Guardia Civil intervino concretamente 55 fardos de hachís con un peso total de 1.600 kilogramos, además de la embarcación utilizada para su transporte, una semirrígida de siete metros de eslora y con un motor de 60 cv.
Durante la operación actuaron agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Centro de Mando y Control (Cemacon), al Servicio Marítimo y a los puestos principales de Guadiaro y de San Roque.