Los arrestados desempeñaban una tarea específica en el local y se organizaban para atraer a la clientela en la calle mediante el reparto de "flyers". Una vez en el interior, y en un momento de descuido de la víctima, echaban un sedante en su consumición. Posteriormente, aprovechaban el estado de somnolencia para copiar su número PIN o falsificar la firma y así hacer diversos cobros en las tarjetas de crédito sin su consentimiento.
La investigación comenzó el pasado mes de noviembre, cuando a raíz de varias denuncias, los agentes tuvieron conocimiento de la ilícita actividad que se desarrollaba en un local situado en los bajos de Azca de Madrid.
En todos los casos, las víctimas manifestaron a los agentes que habían consumido alguna bebida en el local y, en un momento determinado, habían empezado a notar una sensación de cansancio y somnolencia. Incluso uno de los denunciantes relató que, en un momento determinado, se confundió de copa y una de las prostitutas se puso nerviosa y le gritó que no se equivocara.
Al retomar la consciencia, comprobaban que les habían realizado una serie de cargos con sus tarjetas de crédito sin su consentimiento ni conocimiento.
SE REPARTÍAN LAS TAREAS
Diversas gestiones realizadas por los investigadores les permitieron constatar que todos los empleados del prostíbulo estaban organizados para cometer actos ilícitos. En el exterior, los tarjeteros captaban a los clientes mediante ofertas o reparto de "flyers" y los conducían al interior del local.
Una vez dentro, las camareras y las prostitutas se encargaban de distraerles mediante invitaciones para ganar su confianza. En un momento determinado, les echaban una sustancia en la copa.
A partir de entonces, las víctimas caían en un estado de debilidad, cansancio y somnolencia que era aprovechado por los detenidos para conseguir la tarjeta de crédito y realizar pagos fraudulentos. Para ello, copiaban el número PIN o falsificaban la firma del titular.
Toda la ilícita actividad era coordinada por Pedro F. C., de 55 años, quien era el cabecilla de la organización, propietario del local y titular de la cuenta bancaria donde se dirigían todos los pagos realizados en el prostíbulo.
UN POTENTE RELAJANTE
Con toda la información obtenida, los investigadores establecieron el correspondiente dispositivo operativo para inspeccionar el local y lo llevaban a cabo durante la madrugada del pasado día 10. Allí detenían a nueve personas entre el dueño, encargado, tarjetero, camareros y prostitutas.
Los policías intervinieron a una de las prostitutas numerosas cápsulas de un medicamento que, suministrado en altas dosis, origina efectos sedantes al tratarse de un potente relajante muscular. Era la sustancia que utilizaban para doblegar la voluntad de los clientes.
La investigación ha sido llevada a cabo por agentes del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Tetuán, pertenecientes a la Jefatura Superior de Policía de Madrid.