La Real Hermandad del Rocío de Jerez busca ya la aldea almonteña por la arena de Doñana, donde esta noche pernocta la comitiva después de una larga jornada que arrancó pasadas las ocho de la mañana con la Misa de Romeros en Santo Domingo y que sin duda vivió su momento más destacado con el embarque en Bajo de Guía y la llegada a la playa de Malandar.
La carreta del Simpecado inició el camino sobre las nueve de la mañana, recorriendo el itinerario habitual que la lleva a subir por Porvera, Ancha y Taxdirt. Poco después de las diez, la comitiva se hizo presente en el Santuario de San Juan Grande, que vivió un momento entrañable cuando el hermano Adrián depositó un ramo de flores bajo el Simpecado.
A partir de ahí, los romeros jerezanos encararon el siempre pesado tramo de la carretera del Barroso, bajo un calor que en ocasiones resultó sofocante. El primer rengue, ya en el paraje de Ventosillas, sirvió de bálsamo a una mañana de intenso ajetreo, preludiando la llegada a Sanlúcar de Barrameda.
El embarque de Bajo de Guía volvió a caracterizarse por la emotividad, constituyendo la definitiva despedida de aquellos que debieron quedarse a esta orilla del río. En la acera de Malandar, la comitiva tomaba contacto con la arena, encaminando sus pasos hacia el paraje de Marismillas, donde se realizaría la pernocta.
La Hermandad del Rocío de Jerez va acompañada este año por alrededor de 1.500 romeros, 16 carretas y 187 vehículos de tracción mecánica (34 pesados y 153 ligeros). Tras la carreta del Simpecado caminan medio centenar de peregrinos, una cifra que ayer fue mayor al sumarse a la comitiva muchas personas que acostumbran a hacerlo hasta el embarque en Bajo de Guía.
