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Remolacheros auguran el fin del cultivo si la industria no paga más

Critican "las inversiones monstruosas" en la factoría de Jerez para refinar azúcar de caña que importan desde países en vías de desarrollo en detrimento de la remolacha andaluza

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El desánimo cunde entre los remolacheros durante la actual campaña de recolección -que arranca el 12 de junio con la apertura de la fábrica de Azucarera en Jerez (Cádiz)- y auguran incluso el fin de este cultivo si la industria azucarera no eleva sus retribuciones a los productores.

Así lo han asegurado fuentes del sector, que urgen a Azucarera (British Sugar) a hacerles partícipes del alto precio del azúcar.

El secretario general de la Federación de Grupos Remolacheros de Andalucía, Manuel Pérez Becerra, ha estimado una producción de entre 450.000 y 500.000 toneladas de remolacha -un 10 % menos, a partir de una siembras de 7.200 hectáreas-, en una campaña que ha calificado de "discreta" y "decepcionante" en términos de rentabilidad.

De hecho, Pérez Becerra ha considerado que faltará alrededor de un 10 % de producción para llegar a la cuota asignada a Andalucía.

"Los agricultores están muy desanimados", con una rentabilidad por hectárea similar al trigo cuando los costes son mucho mayores, por lo que el futuro del cultivo en la Comunidad peligra, ha añadido.

Ha pedido que Azucarera "ponga dinero" para mejorar la rentabilidad del campo y, después, que la Junta de Andalucía destine el fondo de diversificación -una especie de hucha de más de 30 millones anuales creada desde la reestructuración de 2006 para compensar el cierre de fábricas y la reducción de cuotas- y no "lo gasten todo" en medidas de "desarrollo rural" como hasta ahora.

"A la remolacha le faltan 12 euros/t de ingresos adicionales para que sea apetecible para el agricultor", ha comentado Pérez Becerra, para quien la burbuja de precios y la volatilidad del azúcar a nivel internacional no han tocado techo, más aún cuando Europa es muy deficitaria y depende de países terceros como Brasil.

Desde la Federación andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca), Jesús Valencia ha apuntado que las previsiones agronómicas son mejores ahora que en años anteriores, cuando el exceso de lluvias y humedad provocó enfermedades "fúngicas" como la cercospora, que afectaron a la raíz y, por tanto, al rendimiento.

La cooperativa "Las Marismas" de Lebrija, presidida por Valencia, cuenta este año con 3.000-3.500 hectáreas, casi la mitad de toda Andalucía, y prevé alcanzar una producción de 75-80 t/ha de media, lo que supone cosechar entre un 10 y un 15 % más.

Para Valencia, el sector está en "una encrucijada" y necesita de la colaboración de todos -agricultores que mejoren la productividad, industria que pague más y Administración que apoye al sector- para evitar que la remolacha desaparezca en el sur.

Desde COAG Andalucía, José Antonio García ha calculado que la producción se acercará a 500.000 toneladas de remolacha -frente a las 566.000 t de la campaña anterior-, a partir de una superficie que ha caído de 10.186 a 7.530 ha, con lo que apenas se cubrirá la cuota de 563.000 t de Andalucía (equivalente a 77.500 t de azúcar)

García ha criticado que desde la reforma de Bruselas en 2006, se ha pasado de cinco a solo una industria en Andalucía, la cuota ha caído un 80 % y los jornales han caído de 600.000 a 150.000.

En España, se ha limitado la cuota de azúcar a menos de 500.000 t, frente a un consumo de 1,3 millones de t, un déficit que es un "negocio redondo" para los excedentes de Francia y Alemania, ha afirmado.

A su juicio, si la remolacha deja de ser rentable, se abandonará, multinacionales como British Sugar cerrarán fábricas -"aunque se quedarán con la cuota de mercado" que abastecerán con azúcar importada- y habrá falta de materia prima en los supermercados, racionamiento y precios prohibitivos.

El responsable sectorial de UPA-Andalucía, Juan Sánchez, también ha resaltado que a nivel agronómico la remolacha "no está mal" este año pero que, con los precios actuales, solo se cubren costes.

Desde la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del azúcar de 2006, el agricultor percibe un 40 % menos por el producto, mientras que el consumidor paga un 36 % más caro el azúcar.

Por ello, ha pedido a Azucarera que eleve los precios hasta un nivel "digno y rentable", o "el año que viene tendrán remolacha de plástico, porque dejaremos de ser esclavos de las multinacionales".

Sobre los pluses que la empresa ha anunciado para los productores que mejoren sus rendimientos, Sánchez ha remarcado que "no dan absolutamente nada", porque imponen condiciones inasumibles.

Ha criticado "las inversiones monstruosas" en la factoría de Jerez para refinar azúcar de caña que importan desde países en vías de desarrollo en detrimento de la remolacha andaluza.

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