El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado por unanimidad la propuesta del Grupo Municipal Popular de pedir al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) un informe que verifique la situación real de la iglesia de Santa Catalina y que valore el riesgo de desplome y la urgencia de la rehabilitación, además de promover una comisión, de acuerdo con la Junta y el Arzobispado, que sea la responsable de establecer una calendario de actuaciones una vez que se conozca el citado documento.
El portavoz del Grupo Popular, Juan Bueno, ha esperado que se llegue a un consenso entre todas las partes implicadas apuntando a que los ciudadanos quieren la reapertura de este templo, cerrado durante ocho años, y recuerda que en dos ocasiones se ha dirigido a la Junta de Andalucía, en 2011 y 2012, para "sentarse" a hablar del tema.
Bueno ha afirmado que "aún se desconoce el estado real del templo, hasta dónde llega el mal estado de la estructura y de la cimentación y si hay riesgo de desplome inminente" y ha añadido que "es necesario que el IAPH lleve a cabo un diagnóstico de la situación y proceda a la correcta e independiente valoración de la urgencia de los trabajos de restauración; además, la Junta tiene la responsabilidad de conservar el patrimonio histórico y cultural y la obligación de colaborar con sus medios, tanto técnicos como presupuestarios".
Apuesta por que sea en el seno de esa comisión propuesta donde se tomen en consideración los informes pertinentes y se decida el proyecto definitivo de rehabilitación. "Creemos que de la mano de la Junta y el Arzobispado se pueden programar los trabajos, buscar inversores privadas y repartir de forma equitativa las aportaciones necesarias", ha recalcado Bueno.
La concejal del PSOE Mercedes de Pablos ha esperado que el PP haga "todo lo posible" por ponerse de acuerdo para resolver la situación y ha instado a que intervengan también los arquitectos del Arzobispado, además de los del IAPH.
Por su parte, el portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, ha insistido en la responsabilidad de los propietarios del templo, el Arzobispado, y ha advertido que "soslayan su obligación de mantener" la conservación de esta iglesia.