La Cabalgata de los Reyes Magos llenó de ilusión y colorido las calles de los cascos urbanos de Marbella, San Pedro y Nueva Andalucía. En Las Chapas, también, pero el día antes. Con Ruud Van Nistelroy, enfundado en su disfraz de Baltasar; el teniente de alcalde, Félix Romero, como Melchor; y la periodista Concha Montes como Gaspar, la comitiva recorrió el centro de Marbella para regocijo de grandes y pequeños.
La banda de la Pollinica encabezó el desfile marbellí, secundada por unos dinosaurios gigantes y media docena de carrozas de colectivos, llenas de niños, que precedeían a los tres Reyes Magos. También hombres disfrazados de trogloditas, con grandes mazos, iban pululando por entre los citados dinosaurios, asustando, de broma, claro está, a la enorme masa de público apostado en los márgenes de las principales arterias de la ciudad. La comitiva la cerraba un grupo de divertidos payasos.
El público: enfervorizado. La llegada de las carrozas de los Reyes se vivía con pasión en todos los puntos del recorrido y la gente empujaba las vallas dispuestas por la organización para acercarse cuanto podían a los protagonistas. Muchos pequeños saltaban al asfalto a recoger caramelos, de los 16.000 kilos que se repartieron en todo el municipio, aunque lo más común era que se tiraran al suelo y alargaran los brazos para recogerlos. Hubo originalidad en los métodos utilizados. Desde quien usaba una gorra, a quien alzaba paraguas dados la vuelta, para abarcar más espacio y atrapar más golosinas.
POr cierto, una curiosidad, en la carroza del Rey Gaspar, una infiltrada de VIVA, la redactora P.Sánchez, haciendo las veces de Paje Real.